PROSPECTO
“La libertad de imprenta es el poder
más fuerte y benéfico de la sociedad moderna, el numen de los pueblos cultos,
el más poderoso vehículo del saber humano.
El derecho de ejercerla libremente ha
sido conquistado en Europa a costa de inauditos esfuerzos; y como sea el anatema
de los tiranos, no han dejado estos de perseguirla hasta el día con más o menos
encarnizamiento: algunas veces han logrado sofocarla; alguna vez ha sido
desafiado su poder, y del resultado de ese duelo tan singular, responde la
historia de Carlos 10 y de su proscrita dinastía.
Con trabas que la mellan gravemente,
está reconocida en nuestra España; y en tanto no desaparezca el código
fundamental, podemos y debemos ejercerla, apoyados en su artículos 2º, y en la
fuerza omnipotente de la opinión pública.
El vasto reyno de Aragón, carece de
un órgano fiel de su siempre acreditado patriotismo, de una bandera en la cual
aparezca gravado con eternos caracteres el fecundo principio de la Soberanía
Nacional; de un periódico en fin que con
decidida y firme voluntad le defienda a todas horas sin rodeos, sin ambages,
sin cortapisas de ninguna especie. A la sombra de aquel gran principio nace el
Centinela, y responde desde ahora ante la imagen venerada de la Patria, ser
fiel y consecuente en toda su carrera."
*
A DÍA DE HOY
(Con trabas que la mellan gravemente)
En el año 1841 escribía, los párrafos que arriba transcribimos, Víctor Santos Pruneda Soriano en el periódico EL
CENTINELA DE ARAGÓN. Parece que no ha pasado el tiempo. Les parece, también, a
determinados responsables políticos, que el tiempo borra y tacha. Sin embargo, el tiempo ni borra, ni tacha, ni
oculta un principio tan sagrado, como universal: EL DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.
Podríamos decir que hoy se ejerce gracias a la tecnología, es decir, gracias a
Internet. Por esta razón nosotros hemos dejado de insistir. Pero, dejar de
insistir no es abdicar, quede bien claro, sobre todo, para los nuevos políticos
que llegan sin haber tirado el plumón: “El Diario” no representa ni a la
provincia, ni a la libertad de expresión. Responsable de este desacato al
sentido común y a la dignidad humana es, la persona última, que preside el
medio de comunicación.
No es necesario decir mucho más. Hace
tiempo que venimos observando y padeciendo un medio de comunicación, pagado por
todos, pero que sirve sólo a intereses particulares. Que produce un gasto
exagerado y que no sirve al fin para el que, en un día determinado, se tomó la
decisión de mantenerlo (como público, es decir, pagado por todos y representando a todos).