ETA, UNA ANTIGUALLA
(Cuarenta años con Franco y, otros cuarenta, contra Franco)
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El Estado está a la espera de la
entrega de las armas y de la disolución de ETA. ETA siempre ha sido un
sin sentido (un sindiós) pero, ahora, a estas alturas del siglo XXI y de la civilización humana, ponerse a pegar tiros y colocar bombas, parece más propio
de gente que no ha evolucionado desde el siglo sexto después de Cristo. Con
todo, para aquellos historiadores aficionados a contar cadáveres, tienen en los atentados de ETA
un buen campo de trabajo.
No es en una cuneta del camino, por contra, es en la acera de una céntrica calle de Zaragoza donde se ubicaba el Hotel Corona
de Aragón y permanece ahora el Zaragoza Meliá. Aquí se produjo, un 12 de julio de 1979, un
incendio que ocasionó 83 muertos.
Mientras hacía estas fotografías, en
la acera de en frente le inquirí a un transeúnte por si recordaba el suceso. “Se
nos hizo creer que fue un incendio”, me dijo. “pero, aquello fue un atentado muy
grande”. Por la razón que sea, en aquel momento (estaba dentro la viuda de
Franco), interesó poner sordina al asunto. Y es que la transición española fue
tremenda y las dificultades muchas. En muchos casos se trataba de que la
población no se alarmase y tomara derroteros inadecuados. Por ello, “cargarse”
aquel periodo de un plumazo y no tener en cuenta las enseñanzas que produjo, me
parece un error.
El Hotel, hoy día, sigue en pies y la
fachada nos muestra unas artísticas y bellas cerámicas, algunas de las cuales
ponemos aquí de muestra.
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