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martes, 21 de marzo de 2017

Marzo2017/Miscelánea. LA CRÍTICA SOCIAL EN LAS FALLAS

LA CRÍTICA SOCIAL EN LAS FALLAS
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Durante siglos existió en los pueblos y las ciudades de toda España el alguacil, sayón o pregonero del concejo. Era así porque la mayoría (la inmensa mayoría de la población era analfabeta). Pero, a pesar de este analfabetismo endémico, en el siglo XVII nacen y se desarrollarán durante el XVIII y XIX dos fenómenos que advertían del fin del poder absoluto y del ascenso de las clases populares a los órganos de control social.
El primero de estos fenómenos se detecta en el hecho de que el pueblo entre en competencia con el poder religioso a la hora de otorgar ciertos privilegios como la “vida eterna” o la “morada celestial”. La creación de ermitas y cofradías en las que los socios (cofrades) pueden enterrarse en sagrado, para así, pasar en tránsito directo al cielo es bien elocuente y, por ello, la titularidad de las ermitas ha permanecido en litigio hasta nuestros días.
El segundo fenómeno trata de la aparición, en Aragón, de un fenómeno cultural conocido como el Dance. Este es una compleja trama de asuntos: teatro, dance, dichos… Por lo que aquí interesa vamos a poner el acento en los DICHOS.
Los "DICHOS pueden ser simples loas dedicadas a la Virgen o a los santos, cuanto, referirse a acontecimientos de la vida local, casi siempre acompañados de críticas, con frecuencia dirigidas a personas y hechos concretos o bien de carácter general, censuras del Ayuntamiento o gobierno, de viejos y viejas, de las mujeres en general, quejas sobre la situación de las comunidades agrícolas y pastoriles etc."
No nos cabe la menor duda de que la sociedad valenciana participó durante la historia Moderna y Contemporánea de este fenómeno conoció como CRÍTICA SOCIAL  o crítica de las instituciones y de las costumbres. Sin embargo, las que muestran los personajes de las Fallas en unos carteles que discurren entre lo  didáctico, lo censurable, lo acusador o lo explícito, es un fenómeno reciente. Porque, si bien la figura fallera, por si misma, ya tiene un componente popular y diseccionador de la sociedad en que vive,  hay que tener en cuenta que la plena alfabetización ha sido un logro, históricamente, muy reciente.
Por otra parte, el cartelaje, en relación a lo visto hace años, ha disminuido considerablemente, perviviendo lo visual, tal como lo exige la sociedad actual. En alguna ocasión hemos visto que se resume en un cartel el contenido global de la falla, o que ésta es monotemática, aumentando el factor estético y disminuyendo el de la crítica social, ya señalada.
En esencia, la Falla, aun manteniendo la censura a las costumbres y normas morales de la época en que vive, camina más hacia la representación y potenciación de los factores estéticos y artísticos, en general,  que hacia la acentuación de la crítica social, al menos no de forma tan descarnada como tiempos atrás.
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Falleros
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