LA CRÍTICA SOCIAL EN LAS FALLAS
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Durante siglos existió en los pueblos
y las ciudades de toda España el alguacil, sayón o pregonero del concejo. Era
así porque la mayoría (la inmensa mayoría de la población era analfabeta). Pero,
a pesar de este analfabetismo endémico, en el siglo XVII nacen y se
desarrollarán durante el XVIII y XIX dos fenómenos que advertían del fin del
poder absoluto y del ascenso de las clases populares a los órganos de control
social.
El primero de estos fenómenos se
detecta en el hecho de que el pueblo entre en competencia con el poder
religioso a la hora de otorgar ciertos privilegios como la “vida eterna” o la “morada
celestial”. La creación de ermitas y cofradías en las que los socios (cofrades)
pueden enterrarse en sagrado, para así, pasar en tránsito directo al cielo es
bien elocuente y, por ello, la titularidad de las ermitas ha permanecido en
litigio hasta nuestros días.
El segundo fenómeno trata de la
aparición, en Aragón, de un fenómeno cultural conocido como el Dance. Este es
una compleja trama de asuntos: teatro, dance, dichos… Por lo que aquí interesa
vamos a poner el acento en los DICHOS.
Los "DICHOS pueden ser
simples loas dedicadas a la Virgen o a los santos, cuanto, referirse a
acontecimientos de la vida local, casi siempre acompañados de críticas, con
frecuencia dirigidas a personas y hechos concretos o bien de carácter general,
censuras del Ayuntamiento o gobierno, de viejos y viejas, de las mujeres en
general, quejas sobre la situación de las comunidades agrícolas y pastoriles
etc."
No nos cabe la menor duda de que la
sociedad valenciana participó durante la historia Moderna y Contemporánea de
este fenómeno conoció como CRÍTICA SOCIAL
o crítica de las instituciones y de las costumbres. Sin embargo, las que
muestran los personajes de las Fallas en unos carteles que discurren entre lo didáctico, lo censurable, lo acusador o lo
explícito, es un fenómeno reciente. Porque, si bien la figura fallera, por si
misma, ya tiene un componente popular y diseccionador de la sociedad en que
vive, hay que tener en cuenta que la
plena alfabetización ha sido un logro, históricamente, muy reciente.
Por otra parte, el cartelaje, en relación
a lo visto hace años, ha disminuido considerablemente, perviviendo lo visual,
tal como lo exige la sociedad actual. En alguna ocasión hemos visto que se
resume en un cartel el contenido global de la falla, o que ésta es monotemática,
aumentando el factor estético y disminuyendo el de la crítica social, ya
señalada.
En esencia, la Falla, aun manteniendo
la censura a las costumbres y normas morales de la época en que vive, camina
más hacia la representación y potenciación de los factores estéticos y
artísticos, en general, que hacia la acentuación
de la crítica social, al menos no de forma tan descarnada como tiempos atrás.
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Falleros
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