LA TRANSICIÓN POLÍTICA EN ARAGÓN
(La corrupción)
*
Se trata de ese proceso mediante el
cual se pasó de la dictadura franquista a la democracia parlamentaria y
representativa. Ese proceso que, en esencia, se llevó con eficacia en lo
tocante a la constitución de las nuevas instituciones del Estado, tuvo, por el
contrario, sus momentos difíciles y de duda. Uno de los momentos cruciales y más desastrosos, no sólo en sí, sino por las consecuencias que acarreó fue el
llamado “Golpe del 23-F” o “Tejerazo”.
Hoy, nadie trata de ocultarlo ya, fue
un golpe desde el poder y bajo la “protección” del rey Juan Carlos I. Lo
auspiciaban fuerzas conservadores y el objetivo era mantener el modelo de un
Estado centralista. Evidentemente algunos ya veían y la historia lo anunciaba
que el proceso autonómico tenía/tendría una deriva hacía el independentismo.
Pasados pocos años (históricos) los
peores temores se están cumpliendo y muchos de los que entonces renegaban del
golpe ahora lo aplaudirían. Pero, este modelo autonómico no ha traído solamente
esta tendencia segregacionista. Lo que ha sucedido, además, es la verdadera
división del Estado en “principados” donde los partidos gobernantes han obrado
con total liberalidad, en todos los órdenes. ¿La cobertura? Muy fácil… la
corrupción en el Estado Central, en el poder central con el rey a la cabeza.
Ejemplo de esto es Cataluña. Un príncipe, Pujol. Un partido, CDC. Una coartada, la compra de información sensible sobre
los negocios del Jefe del Estado. ¡Pujol es intocable! De lo contrario el
sistema se desmorona.
Pero, no solamente ha habido “príncipes”
y “pujoles” en Cataluña. Los ha habido en las demás autonomías.
“Lázaro, me engañas” decía el ciego.
¿Cómo lo sabes replicaba el lazarillo? Pues muy fácil. Porque yo “comía de dos
en dos y tu callabas”.
En Aragón el cobro de comisiones ha
sido, igualmente, una constante. Tenemos ahora en candelero el caso “Plaza” tan
importante como “La Gurtel” pero del que nadie sabe nada. Sin embargo, el
partido que más y mejor ha metido mano en la caja ha sido el PAR. Me lo decía
el sábado un alto dirigente de la DGA ya jubilado: “Biel ha tenido mucha
suerte, se ha ido de rositas y mira que, aquello, era un escándalo.”
En tres facetas robaba el PAR a
Aragón. Primera, para financiar el partido (Aragón es nuestro partido, nuestro
negocio). Segunda para el enriquecimiento personal (Motorland representó la
fractura entre Biel y Ferrer, “no reparto que es mi jubilación”). Y, en tercer
lugar, todo tipo de nepotismo y enchufismo a gran escala. Me decía este mismo
cargo que allí se iba no a pedir trabajo, sino a exigir, con unos modos
incomprensibles si no se está amparado por el partido.
Uno de esos buenos negocios del PAR,
de esos que solamente pasan un vez por tu vida, son las comarcas. Han quedado,
sin embargo, estos desproporcionados edificios vacíos, sin uso ni fundamento,
como “esqueletos rotos contra la tarde”. Son el ejemplo papable de la
corrupción: grandes obras de las que queden grandes comisiones.
Dice un amigo mío que hay una cosa
que por mucho que tengas, de ella, nunca cansa: EL DINERO.
Si hay en España una segunda
transición. Seamos prudentes. Primero liquidemos la corrupción existente. La
tarea es ardua.
*
Sede de la Comarca del Campo de Cariñena.
*
Treinta y tres suntuosos edificios sin apenas competencias.
***
**
*
**
*