A PESAR DE LA CORRUPCIÓN RAMPANTE EL MOVIMIENTO OBRERO NO MORIRÁ
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Hay un paralelismo en las grandes
ideologías, en este caso las nuestras y próximas: el Cristianismo y el
Socialismo. No será la corrupción la que acabe con el socialismo ni con el movimiento
sindical. Como tampoco la corrupción acabó con la Iglesia Católica ya
consolidada, aunque sí produjo el Cisma de Oriente (año, 1054) y luego otros grandes escándalos que llegan hasta la
actualidad. Sucede esto, cuando un movimiento ampara a grandes masas y es difícil
controlarlo (no justifico nada).
Podría ser conveniente analizar
algunas cosas que hicieron algunos de los primitivos cristianos, cuando se veían
faltos de guía, y orientación. Se trata de las sectas o de aquellos grupos que
no fueron admitidos en el seno de la Santa Iglesia Católica. Ejemplo de esto
son los Cátaros que optaron por seguir una vía propia y caminar por la senda de
la pureza “imitando” la vida de Jesús.
Así mismo, en nuestros días, sería
muy conveniente que los líderes sindicales, no avezados al estudio profundo de
la ideología socialista (un déficit que siempre ha tenido España), optaran por el camino fácil y limpio del ejemplo personal. A tal efecto, el
ejercicio que tienen que hacer es muy sencillo, a imitación de los Cátaros,
deben reproducir en ellos la vida sencilla y sacrificada del obrero. Ya lo hizo Marcelino Camacho y
ahora está colgado su cuadro de espaldas a la pared (en heráldica se llama al escudo invertido, visura de ignominia).
Un líder sindical de los de Audi
y mariscada, debe recordar en todo momento, cómo vive ese obrero que echa ocho
o diez horas de trabajo y que tiene a su mujer fregando escaleras a lomo
partido para vivir con dignidad y sacar a sus hijos adelante. Ese líder que, además, fue en su momento obrero y padeció las mismas penosas circunstancias, debe tomar conciencia de que ser líder no es un privilegio sino un acto de solidaridad y responsabilidad con sus compañeros. Aún más, debe de tomar conciencia propia de cuáles son las circunstancias de aquellos que a duras penas subsisten sin trabajo y en
desamparo teniendo que recurrir a Cáritas, la Cruz Roja o el Banco de
Alimentos y tratar de poner remedio a esa injusticia. A estas alturas del movimiento obrero, aunque no mueran de hambre, dónde
ha quedado la dignidad de esas personas.
Pero aún diré más y más doloroso. García
Duque, que fue secretario provincial de la UGT en la provincia de Teruel,
abandona el sindicato y pasa a presidir una organización dedicada a la caridad
(Banco de Alimentos) para finalmente, ya el sumun, trabajar a sueldo para el mayor
empresario de la provincia. Ítem más, cuál no será mi sorpresa al ver en los medios de comunicación que este
año el Gobierno de Aragón le da un "premio", el día de San Jorge.
García Duque puede hacer con su
vida lo que quiera y a mi no me importa, pero García Duque como líder
sindical que ha sido debe saber, que el movimiento obrero nació para pedir
JUSTICIA, no para repartir CARIDAD. Dar ese paso fatal, perder los valores y
apuntarse a las comisiones y a las merendolas ha sido un trance y un trago letal
para el movimiento obrero, también turolense. Los actuales sindicatos nos
recuerdan a los Sindicatos Franquistas pero en peor, en aquella ocasión no había
otra opción, hoy hay libertad para elegir una senda limpia y sin tacha.
Así que, mejor nos lo tomamos con
humor, porque de lo contrario es para echase a llorar.
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