Los jóvenes, un bien escaso en Teruel
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LA ALARMANTE SITUACIÓN DE NUESTROS PUEBLOS
Primero fueron las masadas. Nadie
se molestó cuando se quedaron vacías. Luego los grupos de masadas que tenían
una escuela. Pero nadie comentó nada. Tras ellos vinieron los pequeños pueblos
en los que desapareció, maestro, médico, cura, tienda, teléfono y butano.
Enseguida les llegó la hora a los pueblos medianos que ya habían perdido tres
cuartas partes de sus habitantes. Mejor vivir en la cabecera de comarca o en
Teruel, se dijeron, aquí en el pueblo no hay servicios y tienes que desplazarte
constantemente. Ahora les llega el turno a las cabeceras de comarca. Diez Comarcas
hay en la provincia de Teruel y diez Partidos Judiciales se crearon en 1834,
cuando se constituyeron las provincias, las diputaciones y los Gobiernos
Civiles, todo ello en desarrollo de la Constitución de 1812. Pero para entonces
los pueblos estaban llenos y España crecía en población. Ahora decrecemos y en
los pueblos no hay actividad para fijar a la población (no hay trabajo para la
mujer).
Los niños en Teruel son como la
energía, un bien escaso. Aquí habría
que aplicar el principio tan manoseado por los políticos de CRECIMIENTO SOSTENIDO.
Pero en la provincia de Teruel,
de difícil configuración geográfica, complicada orografía/hidrografía y escasa
en recursos naturales con gran altitud y clima frío, no ha tenido nunca una
planificación adecuada. El intento más serio de análisis y propuestas de futuro
lo hizo Isidoro Estaban estando de presidente de la Diputación Provincial de
Teruel con Gonzalo Borrás de Director del IET y, José Antonio Bisecas, como
director del estudio. La cartilla que sacaron al respecto, marca un antes y un después
en nuestra provincia. Sin embargo, la sangría sigue y la provincia se muere a
chorros. Se mantiene la ficción con una sobredimensionada representación política
que no corresponde a los ciudadanos que vivimos ni a la tecnología actual capaz
de resolver la burocracia a distancia. Almohaja, que en invierno hay épocas que
no vive nadie, tiene Ayuntamiento, calculamos que es por controlar el coto de
caza, porque si no, a ver, qué se ventila ahí.
El otro día vimos el desolador
panorama de una sola niña en Bueña, la hija del Alcalde y… suma y sigue. Cuando
vamos a un pueblo, lo normal es no encontrar a nadie en la calle pero, a nadie-nadie.
Conseguir la llave de la iglesia para verla es todo un reto. La gente es
temerosa dada la soledad y el abandono en que viven. Los pueblos son como
masadas, con más caserío sí, pero participando de las mismas características de
soledad, lejanía, abandono y…. silencio.
Una provincia sin vertebrar en la
que la PAC, ese intento europeo de fijar la población en el medio rural, ha
sido un total fracaso como experimento sociológico. Una división de la provincia en comarcas político-administrativas
que tampoco es capaz de revertir la situación por sí misma y que con el tiempo
veremos reducirse el número de comarcas a tres o cuatro. Una red de
comunicaciones (carreteras, ferrocarril, teléfono, Internet) que fue llegando a
los pueblos a medida que se iban despoblando. Un envejecimiento de la población
dramático, el baptisterio hace años que no se usa y el cementerio crece, aunque
cada vez a menor ritmo. Un bar o un Multiservicio donde reunir cuatro viejos
para echar la partida es todo un reto, dibujan un panorama aterrador, más todavía,
porque no se divisan las soluciones para el problema. Deberemos hacer como con
las urbanizaciones de la playa: cerrarlos en invierno.
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Sollavientos
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