Es el rumor
de una verdad. Se propaga en la noche silenciosa por los callizos y las esquinas de la villa de Teruel.
Dicen haber visto llegar a la Plaza del Mercado a los frailes de la Merced. Han
avisado al Juez, que ya dormía, que un suceso extraordinario había ocurrido esa
noche intravilla. La Guarda que hace la ronda de la muralla ha encontrado el cadáver
de un hombre en la puerta de los Marcillas, en la carrera de San Miguel. El
obispo de Albarracín que dormía en la Casa del Capítulo ha llegado apresuradamente para darle la extremaunción.
Llora y grita la familia. Juran venganza los Marcilla. Sin embargo, el cirujano no ha encontrado ninguna herida en su cuerpo. ¿Quién será el culpable de una muerte
tan inesperada? Una sierpe de inquietud cavila en las mentes sencillas de los turolenses y busca explicaciones racionales para lo inexplicable. Un terremoto de silencio cae sobre la noche de la villa del
toro y la estrella.
*
El cuerpo inerte de Marcilla.
*
En su cuerpo no se aprecia ninguna herida.