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viernes, 21 de febrero de 2014

Febrero2014/Miscelánea. EL PREGÓN DE LUIS ALEGRE

No ha sido un pregonero de “talla” y así como Pedro IV se hizo colocar una cimera sobre el yelmo para ganar en altura, Luis Alegre hubiera debido hacer lo propio para ser "visto". Pero lo de la talla no viene por el tamaño de su figura (el tamaño no importa) si no por el texto del pregón. El sayón vino a Teruel adornado por un buen número de títulos nobiliarios del siglo XXI (títulos académicos), sin embargo, la perorata estuvo cargada de tópicos y vacuidad, amén de las manidas, por reiteradas, citas cinematográficas. Que si el frío por aquí, que si las “anginas” por allá… Nos hubiera gustado un poco más de contenido conceptual sobre el amor, de conocimiento legendario de la tierra, de su historia, y el mostrar, un afecto sincero por las gentes, por tus gentes. El pregón de las Bodas de Isabel de Segura obliga a mucho y hay mil oídos escuchando. Como dicen en su amada Zaragoza, Luis: ¡lo tuyo maño… flojico, flojico!
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Vino a Teruel cargado de bufandas. De nuevo, fió más al tópico que a la predicción del tiempo.
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El público, respetuoso, estuvo atento.
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Mucha gente no llegó a verle la cara.
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Escuchando el pregón.
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Turistas de todas partes de España.
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Tomando posiciones antes del pregón.
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Muy atento.
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Ajenos al pregón.
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¡Qué horror!
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