TERUEL EXISTE Y EL DESIERTO POBLACIONAL
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A partir de la desaparición del
movimiento asambleario Teruel Existe y su conversión en una Agrupación de
Electores con el mismo nombre se han disparado las apuestas. Todo el mundo está
expectante, hace apuestas sobre la solución /es que nos traerán y, de los problemas
de la llamada ahora, “España Vaciada”. Mientras, los pueblos llegan a su
agonía, IberCaja ya ha abandonado el 60% de los municipios, el Multiservicio es
un quebradero de cabeza para la Diputación Provincial, las Residencias de la
Tercera Edad se concentran en las cabeceras de comarca o en las capitales
(Teruel y Zaragoza) y así un largo etcétera que colmata ya, no un éxodo, sino
un desmantelamiento de las estructuras municipales. Cuando vas al pueblo tienes
que llevar el coche cargado con todo lo necesario porque, en el pueblo, no hay nada. A pesar de la cruda realidad hay
quien se empeña en realizar reportajes, ya sea en papel, en soporte electrónico
o en audiovisual, proponiendo soluciones
imposibles. Todas las medidas contra la despoblación han sido vanas hasta la
fecha. Un ejemplo muy conocido es el de las Denominaciones de Origen. Creadas
para este fin y con el objeto de explotar los recursos autóctonos y fijar la
población en el territorio. Por ejemplo, en el caso del Jamón de Teruel tiene
que ser (el cerdo) nacido, criado, sacrificado y secados sus perniles en el
punto de origen de la Denominación. Todo pensado con cierta lógica, pero los
trabajadores viven donde quieren. Una de las primeras cosas que pidieron los
maestros cuando se aprobó la Constitución es poder vivir donde quisieran.
Ahora, recorren cada día más de 200 kilómetros para ir a su trabajo. Es
muchísimo más caro que vivir en el pueblo pero, es lo que hay, es mucho más soportable
a nivel humano.
Esperamos ansiosos las soluciones “nuevas”
que seguro nos propondrán y que harán que de una vez por todas la provincia
vuelva a la situación poblacional de los años 50 del siglo XX. Ahora bien, absténganse
de más juegos florales y de propuestas absurdas. Pues, las mentiras, tiene las
piernas muy cortas.
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(Natalidad y longevidad)
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La explosión demográfica se produce
en España en el siglo XIX gracias a las medidas higiénicas que se ponen en
marcha, sobre todo, en el trienio liberal (1820-23). La medidas higiénicas
producen el BOOM demográfico y, las sanitarias, la LONGEVIDAD. Estas medidas
higiénicas en síntesis son las siguientes:
CUARENTENAS
(España es el primer país en
establecer las cuarentenas.)
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HERVIR LAS AGUAS
(en los partos.)
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ENCALAR LAS CASAS
(por dentro y por fuera)
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SACAR LOS CEMENTERIOS DE LAS
POBLACIONES
(y situarlos en lugares ventilados.)
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DESECAR LAS LAGUNAS
(para evitar la trasmisión de
enfermedades por los mosquitos.)
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La explosión demográfica llega en
España hasta el año 1950, teniendo su pico poblacional máximo en el año 1910. También, a
partir de principios del siglo XX, se inicia el progresivo éxodo de la
población del mundo rural al urbano, acelerándose a partir de los años 50 del
siglo XX. Los datos son sobradamente conocidos y las políticas de los
gobiernos, también. Franco incentiva la natalidad y crea ayudas a las familias
numerosas. Con la democracia y la “planificación familiar” se produce el
desplome de la natalidad. Para atender las necesidades de servicio a las
personas (mayores y enfermos) se facilita la inmigración (pateras). Por el
contrario, la industria se ha trasladado a países tercermundistas (Marruecos,
China) donde la mano de obra es más barata.
La provincia de Teruel explica mejor que ninguna el fenómeno
migratorio en el siguiente texto:
La demografía tiene, demás, su
trasunto en la política. Como ejemplo de lo que decimos veamos que pasó en las
elecciones municipales de 1931 que dan lugar a la llegada de la II República.
Para estas fechas, España es eminentemente rural y analfabeta. El mundo rural
(analfabeto y monárquico) vota el día 12 a la opción monárquica (que gana las
elecciones). Dos días después, el día 14 de abril, votan las poblaciones en las
que hay más de una candidatura que incluyen, lógicamente, las capitales de
provincia. En las capitales gana la opción republicana. Pero en el conjunto del
país, dado el peso de la población rural, gana la opción monárquica. Los
republicanos trabajaron con la opción de proclamar la república,
independientemente de los resultados electorales (la proclamación de la II
república fue ilegítima, no acorde a la ley electoral).
La emigración del campo a las
ciudades dio lugar, durante el franquismo, a la creación de las clases medias.
La sanidad o salud pública desde los
años cincuenta del siglo XX, que ha ido mejorando progresivamente con numerosos
avances médicos y farmacéuticos, ha dado lugar a la situación actual. Hay
pueblos en los que quedan 10 o 12 ancianos octogenarios y nonagenarios, que
hace 100 años sería impensable pensar en su existencia. Esta masa de población
de la “tercera edad” es por naturaleza conservadora (en general), e influye en
el destino de los pueblos a corto plazo
y, también, en un cierto equilibrio en los cada vez, más reñidos, resultados
electorales.
Así pues, la higiene y la salud
pública (natalidad y longevidad), han influido en los flujos migratorios producidos
por una explosión demográfica cuyos resultados, fueron inasumibles por una
tierra, Teruel, sin capacidad para explotar sus propios recursos. La falta de burguesía y la descapitalización
del campo (caciquismo) hicieron a Domingo Gascón y Guimbao, poner una oficina
en Madrid para vender los cotos mineros de la provincia.
Revertir la situación actual es tarea laboriosa. ¿Quién lo logrará?
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