LECHAGO
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Hace 166 años Lechago tenía 60 casas
y 461 habitantes que, si no me salen mal las cuentas, salían a 7,68 habitantes
por casa. No sé si Madoz echó bien las cuentas ya que, hoy día, tiene
aproximadamente las mismas casas y las habitan 60 personas. Bueno, si te das un
paseo por el pueblo observas que la mayoría de las casas están deshabitadas.
Las fachadas aparecen arregladas y las calles, también. Otro de los cambios fundamentales son los niños.
El Madoz señala una sola escuela para niños (¿y las niñas?) con 30 escolares.
Las personas ilustres salían, lógicamente de entre los niños, pues las niñas
estaban discriminadas (en esto tienen toda la razón) lo hacían a través de un
único cauce, tal era tomar los hábitos religiosos. Ahí tenemos a los “Cayetano de Santo Domingo” en las Escuelas
Pías. Ahora tenemos la última hornada de hombres ilustres debido a la despoblación.
Se trata de Luis Alegre e indirectamente Romeo Pescador. Hay dos cosas que se
hunden en Lechago: La iglesia y los pajares. Parece ser que son dos “cosas” que
han entrado en desuso. De lo segundo, de los pajares, daremos cuenta en el
próximo capítulo de este blog. Con todo, el pueblo, si lo comparamos con
Navarrete es una maravilla. Los lechaguinos lo tienen bien arreglado, cierto
que se puede mejorar, pero como todo en la vida. Ahora, les han puesto al lado
una enorme piscina de 18 hectómetros cúbicos de agua para que al verano se arremojen la tripa. Veremos en qué
queda el proyecto: LECHAGO-ALAGUA.
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PARA VISIONAR MEJOR LAS IMÁGENES,
PINCHAD EN UNA Y PASAD CON LAS FLECHAS
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