REFLEXIONES EN TORNO AL DÍA DE SAN JORGE
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Recibo de un amigo estas fotografías
de Madrid. Admiro su belleza y su grandeza. Pero, luego, medito por la razón
del gran desequilibrio territorial que padecemos cuando me señala que ha tenido
dos (2) horas de caravana. Toda la política, toda la industria y todos esos
gruesos cables/fibra que lleva (toda) la comunicación concentrados en Madrid, Barcelona
y Bilbao. El resto del país un eral. Sin tren, sin carreteras, sin Internet.
En qué momento de nuestra historia “aprendimos”
los aragoneses a agachar/acachar la cabeza. Si no fue en un momento determinado
ha sido, desde luego, una larga caída de cerviz que ha durado demasiado tiempo. Ahora que llega el día de San Jorge, día de
nuestro patrón, es buen tiempo para reflexionar y para reivindicar. Reflexionar
sobre, cuál es nuestro papel como pueblo, en el concierto español y europeo.
Reivindicar el manifiesto y secular abandono de nuestra tierra por el Gobierno
central.
Para ambas cosas nació, Miscelánea.
Para ambas cosas están naciendo, también, hoy día, muchos grupos de trabajo que ya se
dejan ver claramente en los modernos medios de comunicación: grupos que están
fuera, eso sí, del control que ejerce sobre la comunicación los Gobiernos y los
grupos multimedia. Nuestra sociedad moderna, que es una sociedad esencialmente
de la comunicación debe servirnos para unir, un día, nuestras fuerzas y plantear el reto esencial de Aragón: Unir
el pasado con el futuro mediante el ejercicio del liderazgo que le pertenece a nuestro ARAGÓN como una de las más viejas naciones de Europa.
Hace unos años, al principio de
nuestra autonomía, el Gobierno de Aragón celebraba el día de San Jorge en un
lugar singular de Aragón. De esa forma se señalaba un objetivo a cumplir, una
reivindicación que plantear o una singularidad que, necesariamente, debía ser
atendida. De dos formas debemos actuar. Una es, mediante la gran planificación de
los objetivos esenciales de nuestro territorio. La otra es, la consecución de
metas a corto plazo.
Con todo, una de las tareas inexcusables
es la de conocer nuestra tierra, conocer el medio en el que vivimos. Sin ese
paso previo nada podemos hacer porque, nada sabes que hacer. Cuando a veces veo
la bisoñez de algunos de nuestros políticos me entra un escalofrío: ¡cómo
llegaron a tal grado de osadía! Y es que, hoy día, también se desprecia la
experiencia. Esto, en un viejo país como el nuestro, se deja ver con notable decepción.
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