EL CASTILLO DE ALBARRACÍN
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Toda la vieja ciudad es una fortaleza,
asentándose la población en su interior. Hay tres salvedades. Una es el barrio
de los Palacios extramuros de la puerta de Molina, originado por el asedió de Pedro III de Aragón a esta
población, otra, el barrio de Jesús a la entrada desde Teruel y la tercera, es el rabal o arrabal.
Jamás ha sido conquistada por las
armas y sí por pactos o traiciones. El núcleo esencial o primigenio de la fortaleza
es la llamada “ciudad”, sede y aposento de los Banu-Razín. Luego, las murallas y el río Guadalaviar, que
hace de foso, la mantienen bien segura. Dice Cristóbal Guitart: “El castillo principal, de planta
cuadrilátera y bastante extensa, se yergue en la cúspide del casco urbano más
antiguo, llamada “ciudad”, dominando la muy próxima catedral. Era la fortaleza,
quizá alcázar (palacio) de los Banu-Razín, y hoy aparece con sus muros de
piedra muy rebajados y con cubos redondeados en las esquinas.”
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Albarracín en 1887
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Pinchad aquí:
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Plano de Guitart
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Barrio de lo Palacios saliendo por el portal de Molina.
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