"Albarracín"
Grabado 40 x 64 cm
Colección particular
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EL GRABADOR MANUEL LAHOZ VALLE
POR
ROSA LÓPEZ BIELSA
HISTORIADORA DEL ARTE
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Manuel Lahoz Valle ha sido, dentro
del panorama artístico aragonés, un grabador excelente y de gran importancia en
un campo artístico como es éste del grabado, muy desconocido para el público en
general. Por tanto, es casi una consecuencia directa de este desconocimiento
que su fi gura como artista también haya pasado prácticamente desapercibida
para la mayoría de la población. No obstante, como ya señalábamos
anteriormente, se trata de una figura importante, y trascendente incluso,
dentro del panorama no sólo aragonés, sino también español en el momento en el
que se inicia en este arte del grabado. Sus obras van a constituir un conjunto
artístico de calidad técnica como pocos otros grabadores alcanzan en estos años
cuarenta o cincuenta e igualmente tienen una fuerza expresiva excepcional a
nivel formal e iconográfico. Así que no podíamos dejar de dedicarle uno o
varios estudios al tratarse de un artista nacido en nuestra comarca y de este
genio creativo.
Manuel Lahoz nace en Oliete el 11 de
febrero del año 1910. Enseguida, al año siguiente de nacer, su familia se
traslada a Zaragoza, donde su padre abre una tienda de zapatos. Dentro de una
familia como la de Manuel, cuya madre y dos tías por parte de padre son
pianistas y cuyo abuelo materno hace esculturas en barro y yeso, no resulta
extraño que el joven Manuel Lahoz busque en la pintura, el toreo y después el
grabado una actividad en la que desarrollar su ingenio y sus ambiciones.
Su interés por el arte, en todos sus
campos, será constante a lo largo de su vida en las diferentes ciudades en las
que vive –Barcelona, Zaragoza, Madrid– y ejercitará el dibujo y la pintura
desde fechas muy tempranas. Se traslada a Madrid en 1934 para ingresar en la
Escuela de Bellas Artes de San Fernando, algo que no conseguirá en ese año pero
sí al año siguiente, tras haber entrado en los Estudios de la CEA por
intervención de Luis Buñuel, a quien conoce en Zaragoza con anterioridad, y
haber preparado el ingreso a San Fernando en el Casón del Buen Retiro, entonces
Museo de Reproducciones Artísticas. Pese a conseguir aquello que ansiaba como
artista, en 1936 abandonó Madrid, y con ello sus estudios, debido al estallido
de la Guerra Civil, en la que participa hasta que es herido en una mano. Tras
recuperarse del accidente hacia el año 1940, regresa a Madrid para retomar sus
estudios artísticos. Completa su formación en el Paular con grandes maestros
como Martínez Vázquez, Manuel Benedito, Daniel Vázquez Díaz, Esteve Botey y
Eduardo Navarro, al que el propio Manuel Lahoz aseguraba deber su capacidad
para explorar lo que estaba fuera del academicismo y alimentar su
inconformismo. Acaba finalmente trasladándose en 1945 a Zaragoza, donde
desarrolla su actividad artística e imparte clases de dibujo, no sin realizar
numerosas visitas a Madrid, al igual que viajes y excursiones fotográficas. Se
le reconoce su trayectoria artística en 1980, cuando se le nombra Miembro
Correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de
Zaragoza. Vive los últimos años de su vida, incapacitado para realizar más
grabados, aunque no pinturas, hasta su muerte acaecida el 1 de diciembre del
año 2000.
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