EL GRAN MISTERIO
Fue allá por el año 1972 cuando compré estos tres libros que
aquí presento. Se trataba de tres libros de obligada lectura en el Instituto Ibáñez Martín.
Con ellos comencé a manejar conceptos que me han acompañado siempre. Desde
entonces hasta ahora mucho ha avanzado la Ciencia. El conocimiento de la materia
es ya abrumador. Sabemos su estructura atómica y que ésta no es continua.
Conocemos su estructura molecular y el hombre se ha atrevido a realizar la
clonación con animales, si no lo ha hecho con humanos es porque ética y
legalmente está prohibido. Se ha avanzado mucho en el conocimiento del Cosmos, sin
embargo, este sí que es un reto de gran envergadura cuyo estudio durará cientos de años.
Se ha investigado y estudiado la evolución de las especies. Se profundiza, particularmente
en Teruel en la Paleontología y la Astronomía. No hay campo de la Ciencia o del
saber humano que haya dejado de ser explorado. Cada día se abren nuevos frentes
de investigación y nuevas inquietudes atraen al ser humano. Pero en toda esta
maraña de acontecimientos, de descubrimientos, de invenciones, de avances
extraordinarios en la Medicina, el la Psicología, en la Sociología… hay, todavía,
una cuestión próxima que sigue sin resolverse. Se trata de uno de los mayores
misterios de la humanidad. Estamos hablando dentro de la Teoría de la Evolución de las Especies de cómo, cuándo y cuál fue el mecanismo por el que el ser humano se dotó de
lenguaje y de inteligencia superior. Aquí se ha detenido la teoría
evolucionista y, por un momento, no ha arrasado por completo con el creacionismo (Dios).
Sin embargo no será porque no se haya atacado y tratado de
resolver el misterio con todos lo medios al alcance del hombre. Los nombres más
prestigiosos de la Ciencia se han
preocupado de ello. Entre todos ellos, un judío, Avram Noam Chomsky ha intentado resolver el misterio y se ha enredado en una maraña de teorías, algunas de
ellas refutadas. Han viajado los filólogos a las selvas tropicales a estudiar
las lenguas más arcaicas y allí han permanecido decenas de años tratando de
encontrar la clave. Pero la Ciencia tiene sus reglas y una de ellas es que debe
reproducirse el hallazgo y posteriormente ser comprobado mediante parámetros fijos y seguros. La
comprobación fehaciente y reiterada es garantía de que la Ciencia acepta un hecho.
Si se encontrara el mecanismo mediante el cuál el hombre llegó a adquirir el
lenguaje y con él una inteligencia superior podría, acaso, lograr con éxito que
nuestros primos los simios hablaran. Y si hablaran y pensaran como nosotros
todos los animales dejaría el hombre de tener hegemonía (depredador máximo)
sobre el planeta. Tal posibilidad provoca temor. Ya el cine ha producido una película
titulada La Guerra de los Simios, en la que se plantea esta hipótesis.
De momento Chomsky es
más conocido por sus teorías políticas radicales y anticapitalistas que por las
lingüísticas a nivel popular, siendo ellas, de extraordinaria importancia. Esperemos que este
siglo que comienza aporte nuevas luces sobre este gran misterio que inquieta y
atrae al hombre.
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