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Por Chusé María Cebrián Muñoz
Poco hay que discutir sobre el tema del aborto desde el
punto de vista ideológico pues, las cosas, están meridianamente claras. El
Idealismo nos dice que todas las cosas y todos los seres han sido creados por
Dios. Por este elemental principio, ¿cómo
interrumpir la obra de Dios? Nuestra religión prohíbe explícitamente el aborto,
todavía más, cualquier tipo de contracepción. La otra parte, la del Materialismo
Histórico, niega a Dios y niega la creación. Todo deviene de la naturaleza mediante un proceso evolutivo
que ha durado millones de años. En la cima de esa pirámide está el hombre
dotado de razón. Así pues, dos ideas básicas y antagónicas se enfrentan: FE Y
RAZÓN.
Sin embargo, ninguna de las dos ideas, ninguno de los dos
caminos puede defender la intromisión del hombre en el proceso creador o en el
proceso evolutivo. De hecho, los de la Razón se oponen a través de múltiples
asociaciones ecologistas a la intervención en el medio natural, al que hay que
preservar a toda costa. Y aquí es donde surge la paradoja, por qué extraña
razón los partidos de izquierda introducen en sus programas electorales
propuestas que están en contra de su ideología esencial. Propuestas que minan
la base sustancial de su edificio ideológico y lo dejan huérfano y en
liquidación.
Los animales no pueden abortar porque no tienen voluntad
pero el hombre, dotado de Razón y de Voluntad, pudiera en algún caso extremo
utilizar el aborto como método terapéutico. A la Razón la ilumina la Ciencia y
la ciencia conoce hoy todos los mecanismos de la fecundación y del parto. La
Ciencia sabe y dice que el aborto es una agresión a la vida y a la mujer, que
madre e hijo son dos seres diferenciados. Y, la Ciencia, dota a la pareja de
los medios para evitar la concepción. Si alguno de esos métodos falla, tenemos
la “píldora del día después” que no es más que un abortivo con carácter
preventivo: a la mujer se le provoca la regla y el óvulo se desprende del útero
o simplemente éste no se fija.
Ni el marxismo, ni todas las formas que de él se desprenden:
socialdemocracia, socialismo, comunismo, anarquismo, trosquismo… traen en su
ideología el que un hombre pueda aniquilar a otro en la forma más vil que es,
la del “nasciturus”, la de aquel que es dependiente y carece de mecanismos de
autodefensa.
Flaquean algunos partidos y se muestran timoratos con la Ley
en ciernes pensando que van a perder votos. Ciertamente, flaqueando los
perderán, pero perderán todavía más: LA DIGNIDAD DE LLAMARSE HUMANO. Porque la
humanidad es la capacidad que tienen los seres superiores para apiadarsen de sus hermanos.
Anécdota oída por mi padre:
Hay una frase de Dolores Ibárruri del PCE ( llamada La Pasionaria, tuvo seis hijos) que repetía en los mítines y que decía así... "mujeres, haced como yo: hijos sí, maridos no". Entendía que la liberación de la mujer llegaba más por sacudirse el yugo matrimonial que por renunciar a su condición natural de madre. Ahora, las mujeres marxistas presumen de abortistas.
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