Atravesando el río Alfambra.
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EL GALLINERO
("Poner la zorra a guardar las gallinas")
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En los años cincuenta del siglo
pasado España era un país rural y para los niños un gallinero, una corte o un
conejar, eran cosas cotidianas, tan cotidianas, que estaban en el corral, justo
a la puerta de la vivienda. Ahora, España es un país de servicios y urbano.
Muchos padres piensan en las Escuelas de la Naturaleza, para que sus hijos
entiendan como funciona las cosas: el dinero no lo dan en un cajero y los
huevos no se sacan de un frigorífico.
En el mundo rural, al que tan
asiduamente acuden los fines de semana algunos urbanitas, todavía hay gente que
cultiva su huerto o tiene su gallinero y cría sus gallinas de forma natural,
con buenos productos y sin que el animal tenga estrés.
Las gallinas, debidamente
protegidas de las alimañas, campan a sus anchas. Ponen los huevos en el “ponedor”
o nidal y duermen en la tranca o palo del gallinero. Todo tal y como se hacía
hace más de sesenta años.
Ni la escuela se puede llevar al
gallinero, ni el gallinero a la escuela. Las nuevas generaciones que se crían
bajo el influjo arrasador de los mensajes electrónicos instantáneos deben
conocer las cosas como son, en su medio natural. Por ello es interesante saber,
dónde hay un gallinero tradicional o en que lugar todavía se tiene un conejar o
crían al cerdo en la corte. Y si estas cosas desaparecen se deberían
reinstaurar, aunque sólo fuera porque el mayor patrimonio que podemos dejar a
nuestros hijos y nietos es el del conocimiento real de las cosas. Cada día me
resulta más difícil aceptar el que se puedan crear estructuras de pensamiento
coherentes con una lluvia masiva de vídeos de YouTube.
Los Gacheros, tras atravesar el
Alfambra, que bajaba osco, llegamos a un gallinero de los de antes. Las
gallinas comen alimentos naturales, gusanos, pequeñas piedrecicas para fabricar
el calcio de sus huevos y duermen en la tranca o palo del gallinero. “Tita pon
un coco”, dijo Barrachina recordando su época de niñez. A lo que respondió Jesús
con el consabido refrán: “Para San Antón, gallinica pon”. Todos, entonces,
recordaron algún refrán o algún dicho sobre este pacífico animal que a fuerza
de ser prudente se le ha considerado cobarde, como si él poseyera voluntad.
Estamos en invierno, estación que adelantan ellas al anunciar las primeras
nieves: “Nieve septembrina, en las patas se la llevan las gallinas”. Pero el más
rotundo y más común de los dichos es
aquel que señala: “Más mierda, que el palo un gallinero”.
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La gallina Turuleca nos recibió con mucha curiosidad.
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Gallinas en el palo del gallinero.
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... ha puesto un huevo / ha puesto dos.
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Una expresión habitual en nuestra infancia era: "¡Hijo, trae un huevo del ponedor!".
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Son animales muy curiosos...
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...que siempre miran de soslayo.
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Fabián recogió los huevos de ese día.
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Hasta el gato quedó sorprendido por la visita
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