LA CARIDAD EN CAMINREAL
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Eran los Idus de marzo del 2015
por la tarde. Paramos junto a la ermita de la Virgen del las Cuevas que se
encontraba cerrada a cal y canto, lo mismo que la casa del santero. Merodeamos por
los alrededores hasta que dio en pasar un celtíbero montado en una bicicleta
que hacia la ruta Torrijo-Caminreal. Le echamos el alto y paró la bicicleta. No
con el freno, al estilo romano, sino estirando la pierna derecha y arrastrándola
por el suelo hasta detener el vehículo. ¿Sabe quién nos puede enseñar la ermita
(de la Virgen de las Cuevas)? Nada sé, pues soy de Fuentes Claras. ¡Claro!,
dijimos nosotros, al caer en la cuenta que iba en bicicleta. Pregunten ustedes
en el pueblo. Es una ermita muy maja y en el pueblo le tienen una gran devoción.
Los domingos en la misa mayor, sacan dos bandejas petitorias, una para la
parroquia y otra para la ermita. La ermita, efectivamente, está cuidada al máximo
y tiene adosada un jardín con piedras de molino adaptadas para mesa.
Cuando marchó le dije, ¿le
empujo? Haga usted el favor, me dijo, que hay rocha hasta la Caridad. No mucha,
pero un poco de rocha sí que hay. Nos acercamos, pues, hasta la Caridad, que
está a unos pasos de la ermita y desde la que se hace un entretenido paseo.
Después de visitar las excavaciones arqueológicas, dimos en pensar en las
palabras del celtíbero de Fuentes Claras. Si la administración desatiende el
patrimonio y la recuperación de los más importantes tesoros arqueológicos de
nuestro pasado, habrá que pasar, aparte, la bandeja al ciudadano que,
consciente del valor de lo que aquí se conserva, quiera ayudar a su estudio y
mantenimiento. Al igual que hacen los de Caminreal con la ermita, deberemos
hacer el resto de los aragoneses para conservar el patrimonio de todos.
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LIKINE, de la ciudad de Usecerde, la hizo.
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