Nosotros la hemos realizado por etapas desde el barrio Motorrio en Gúdar hasta Teruel.
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SENDA FLUVIAL
Hace pocos días murió Rufino, un
aragonés afincado en Cataluña, maestro de profesión y de difícil y complicada
trayectoria vital. Nació en Orrios, pero la vida y la desestructuración de
España que denunciaba Tamames le llevó a aquellas tierras de “promisión”. Allí se alimentó de
las nuevas corrientes culturales y estéticas más progresistas y más radicales.
No se como, un buen día acabó viviendo en la “comuna” de un pueblo de Burgos.
Otro día, inopinadamente, le ayudé a cargar los aperos de labranza (yubo, timón,
arado romano) de su padre con destino a aquellas tierras. Rufino era como un
Guadiana, desaparecía durante años y luego, de repente, aparecía como si el tiempo no
hubiera pasado para él. Sin embargo, un año, buena parte del verano lo dedicó a
recorrerse a pie el Alfambra, su río. Cogió una tienda de campaña para hacerse en solitario todo el recorrido. Nada dejó escrito; ni de lo que vio, ni de lo que oyó, ni de
lo que observó. Era muy típico en él, esa actitud vital de anarquista irreducible.
Sin embargo, hay que reconocerlo, él abrió ese camino o sendero fluvial.
Pionero, ahora todo el mundo anda en danza poniendo carteles sobre los márgenes
de la flecha del río. El Alfambra es un río vivo hasta que los regantes de
Alfambra echan el tajadero y lo secan. ¡Incomprensible!, pero cierto. Peralejos
es la primera población que sufre la sequía
a que le someten sus vecinos de arriba. No es de recibo la actitud de
los alfambrinos, ni mucho menos.
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Senda a su paso por Peralejos.
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Río Alfambra por Peralejos.
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La hoz del Alfambre en peralejos.
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Carteles indicadores en Peralejos.
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