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Remontarse a Roma para definir la
historia de la humanidad y darle a ese documento la relevancia científica que
se pretende es, tamaño disparate. Todavía hoy no podemos pronunciarnos
totalmente sobre nuestro pasado y será preciso, más tiempo e investigaciónes, para
llegar a conclusiones plausibles y acordes con los principios científicos a los que
queremos acogernos y abrazar, con total rotundidad.
Entre 7.000 y 9.000 años antes de Cristo aproximadamente, pero sin plantear que las cifras no puedan ser objeto de
modificación en el futuro, se cifra la época en que aparece nuestra civilización.
Entendida ésta como un grupo organizado de seres humanos en torno a un proyecto
común. Es decir, en torno a una idea o mejor, una ideología que justifique su
forma de producir bienes y de mantener determinadas estructuras sociales.
Se entienden que son cinco los
lugares, básicamente valles aluviales, en los que se inicia la agricultura y la
domesticación de animales. Estos lugares serían: EGIPTO, MESOPOTAMIA, GANGES, YANGTSÉ
Y ALTIPLANOS DEL PERÚ (Machu-Picchu). La agricultura, es decir, aprender a
plantar trigo en valles que se fertilizaban periódicamente ocasionaba cosechas
abundantes y por lo tanto excedentes agrarios a los campesinos. Pero el clima
no es todo regular que se podía desear y así tenemos la historia de José en la
Biblia señalando periodos de sequía. Durante estos periodos en que el agricultor
pasaba hambre y se producía el descontento, los reyes/faraones/emperadores plantearon
la guerra como solución al problema. De esta forma se puede constatar
(simplificando) dos actividades sobre la que pivotan todas las civilizaciones
hasta nuestros días:
LOS
EXCEDENTES AGRARIOS
LA
GUERRA
Cuando estudiábamos
la historia en el bachillerato, ésta, comprendía básicamente una relación continua
de reyes y guerras. Las guerras han sido
las forjadoras de los imperios y una solución fácil en aquellos momentos de
dificultad económica. Paradigma de todo ello fue el Imperio Romano que funcionó
con dos principios básicos: 1) Si vis
pacem, para bellum y 2) Todos los caminos conducen a Roma.
Para mantener
la población de la ciudad de Roma, alrededor de un millón (1.000.000) de
habitantes, en PAZ, era preciso que todos los años salieran las legiones a
todas partes del imperio en busca de productos agrícolas y minerales: CEREALES,
VINO, ACEITE Y HIERRO entre otros. En Teruel tenemos el ejemplo claro con dos instalaciones
singulares: La Caridad en Caminreal (hierro) y el acueducto romano Albarracín Cella (harina).
Modernamente
se ha relacionado el nivel del paro industrial (ascenso de Hitler) y el inicio de la
Segunda Guerra Mundial. Los parados, los marginados, los desheredados… han
nutrido los “banderines de enganche” para las guerras. Los "gloriosos" Almogávares,
no eran otra cosa que desheredados que veían en la guerra y el saqueo una forma
de salir momentáneamente de la miseria.
Hoy día, en
las campañas electorales nacionales (no tanto en municipales y autonómicas) se
hablará y se prometerá erradicar el paro. Intención que no negamos en casi ningún
partido político. Los partidos revolucionarios fueron contrarios al
aborto y al pleno empleo por pura dinámica revolucionaria. El socialismo histórico funcionó así: cuantos más
proletarios y más hambrientos hubiera, sería más plausible hacer la revolución. La
reforma agraria en España no la hizo la Segunda República, pues entre sus
prioridades estaba, en primer lugar hacer la revolución (luego ya se repartirían
las tierras). Los anarquistas en Aragón sí que hicieron la colectivización agraria… (Sin
comentarios).
Vivimos ahora
un periodo de Paz en España. Pero… participamos en guerras y vendemos armas.
Las armas las fabrican los Estados o consienten su fabricación. Luego hay un
comercio enorme de venta ilegal de armas. Todos los Estados del planeta tiene
Secretos de Estado, estos secretos pivotan fundamentalmente sobre este tema. La
Guerra es tan vieja como la civilización humana. Sin embargo, hay partidos políticos
que te venden de forma descarada LA PAZ. Por eso, antes de que venga la Paz (preciso erradicar la producción y venta de armas), es absolutamente necesario que los Estados se hagan
transparentes. En esto, también, los hay unos más transparentes que otros.
Recientemente se ha capturado un barco chino cargado de armas con destino a
Cuba. Muchos hemos pensado siempre que Cuba vivía de la guerra, se exporta la
revolución y con ella, adosada, va la venta de armas. De la misma manera ha habido episodios
recientes de tráfico de armas con Venezuela.
¿Podemos condenar políticamente a un régimen y luego venderle armas?
Esta es una pregunta para la campaña electoral.
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LA GUERRA ES UN CHOLLO
Artículo publicado el día, 30 de enero del año 2011
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Llevamos unos días, en mi
colegio, preparando el DÍA DE LA PAZ y
reflexionando sobre estos actos programados desde las instituciones. Recuerdo
ahora, porque viene a cuento, una anécdota que dice así. Mi suegra, Celia
Casanova Martín, nació en el año 1925 en Encinacorba. Siendo niña, entre los 5
y los 7 años, se estaba construyendo el ferrocarril Caminreal-Zaragoza con
abundancia de obreros llegados de todas partes del País. Cuenta que, un día,
subida a una mesa y rodeada de obreros estos le preguntaban alborozados y
juerguistas. ¿Celia, tú qué eres? y ella, con la candidez de una niña,
respondía… ¡Yo, monárquica! A continuación sonaban las risotadas de los obreros.
Efectivamente, la clase trabajadora ya era republicana y el 14 de abril del año
31 se proclamaría la segunda república en España. Alfonso XIII, durante el
primer cuarto del siglo XX, se estuvo lucrando, enormemente, participando en el
negocio de los suministros a la guerra de Marruecos. Una guerra sin sentido en
la que, además, las tropas eran de levas. El pueblo era consciente de que el
monarca y un grupo de poderosos se enriquecía mientras sus hijos perdían la
vida en África. De hecho, con esta guerra, nace el capitalismo en España. El
rey estaba perdiendo la corona, pero los reyes, siempre piensan que son
inamovibles. Franco aprendió bien la lección y, salvo en el caso de la División
Azul, nunca participó en ninguna guerra internacional. También es verdad que
Franco sufrió un asedio externo, promovido por el Reino Unido (la pérfida
Albión) y Francia, que le impidió estar en los foros internacionales. Sea como
fuere, una vez muerto Franco e incorporada de nuevo España a la “normalidad”
internacional, se piensa en el negocio de la guerra que tan buenos réditos dio
a Alfonso XIII y a la banca. El problema es, ahora, que no podemos mandar de
nuevo a un ejército de levas a luchar y que cada vez que vuelvan los ataúdes,
con soldados de reemplazo muertos, se monte un “dos de mayo”. La solución está
bien clara… un ejercito profesional (de mercenarios) es lo ideal. No se atrevió
a ello Felipe González que todavía estaba pensando en un ejército popular
capaz, en un hipotético día, de hacer la revolución socialista. No dudó sin
embargo Aznar, representante de los intereses del capitalismo español forjado a
primeros de siglo con la guerra de Marruecos. Con todo lo andado resulta,
ahora, que la situación actual es ideal para los negocios de la guerra:
Ministra del Ejército, una mujer socialista muy bien valorada en las encuestas
de opinión. Participamos en todos los conflictos internacionales. Vendemos
armas a todo el mundo, la última noticia de ventas hablaba de la realizada a
Marruecos por 27 millones, mientras estaba de por medio el conflicto Saharaui.
Pero, este mismo gobierno que practica la guerra y la venta de armas, nos manda
hacer una jornada al año por la Paz. Nosotros que somos buenos chicos, y
obedientes, la hacemos. Pero la paloma sangra por los cuatro costados. La
paloma tiene “EL BAYO”. La paloma se nos muere a chorro. Seguiremos mirando
para otro lado pero, éste, no es camino hacia la Paz. La paloma lo sabe y,
aunque no habla, su sombra es la sangre
de los inocentes muertos para que unos pocos se enriquezcan.
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