LA CONFIRMACIÓN
*
Cada vez que había un
acontecimiento de relevancia, teníamos que pasar por el barreño. Mi madre nos
restregaba con fuerza hasta quitarnos la roña acumulada en las rodillas de
tanto jugar a los pitones, o de hurgar en los cados de los conejos, o de andar
por los pajuceros, las zaicas o los huertos. Mañana era día señalado, pues iba
a venir el obispo a confirmar. Mientras mi madre frotaba nos iba aleccionando.
No levantes la cabeza. Di sí, señor obispo, o no, señor obispo. Contesta sólo
si te pregunta, pero mira a ver lo que dices. ¿Te has aprendido la poesía que
te ha mandado el maestro…? ¡Qué sí, mamá!, ¡qué ya me la sé! Tras estos
acalorados consejos a dormir y a esperar al día siguiente con impaciencia. Los
chicos decían que al obispo le llamaban “el pollero”, pero no lo podías decir
porque si lo decías tenías que confesarte y, entonces, el cura del pueblo te
ponía una penitencia de las buenas. Además, después se lo decía a tu madre y te
sobaba encima. Tiempo más tarde supimos que el obispo era de Torrijo del Campo pero, para
entonces, para ese día de la confirmación, Torrijo, para nosotros, era una
entelequia.
Para la llegada y feliz recibimiento del obispo se
hizo un arco de hiedra a la entrada del pueblo. Los confirmantes, estábamos esperando con
el mismo vestido de la comunión, bien formados, en la puerta de la iglesia.
También, para recibir al prelado, acompañaban las autoridades locales (alcalde y concejales) en
perfecto estado de revista. Tras el recibimiento, entramos en el templo y
comenzó la misa.
Toda nuestra preocupación estaba
centrada en el “cachete” que nos tenía que dar el señor obispo tras ungirnos con los
Santos Óleos. Con todo, la presencia de mosén Jesús Gregorio, nos tranquilizó.
Primero se recitaron las poesías y luego comenzó el acto propiamente dicho de
la confirmación.
De uno en uno nos arrodillamos
delante de don Fray León Villuendas Polo, torrijano y hombre de gran humanidad. Él, mojando el dedo en aceite nos señaló en la frente diciendo las palabras: Signo te signo Crucis. Et confirmo te
Chrismate salutis. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus sancti. Amen,
decíamos nosotros. Luego, apretábamos los puños y esperábamos que cayera sobre
nuestras mejillas una sonora bofetada, por lo menos, tan fuerte como las que
nos daba nuestra madre o nuestro padre. Sin embargo, aquello fue una cosa
bastante fofa e insulsa, un cachetillo de nada. Después nos interrogábamos
entre nosotros: ¿te ha hecho mal?, ¿te ha hecho mal? Inquiríamos con
insistencia. El Pax Tecum, seguramente, no
fortificó nuestro espíritu en la medida en que nosotros merecíamos.
Después de misa y confirmación el
obispo comió con las autoridades (dicen que un pollico). El resto, cada uno se fue a su casa y procuró,
al menos ese día, no blasfemar.
Ahora, al pasar por Torrijo del
Campo, he recordado aquella época dorada de nuestra vida. También, algunas
jotas dedicadas a nuestro prelado y que se hicieron famosas en la diócesis. Por
lo demás, la vida siguió su rutina de siempre y a los pocos días, la roña volvió
a las rodillas y a los corvejones.
*
La campana torre de Torrijo,
le dijo a la de Monreal:
si hubieras tenido obispo
habrías crecido más.
*
POBLACIÓN DE TORRIJO
DEL CAMPO
*
1414… 28 maravedíes.
1488…....... 14 fuegos.
1495…....... 19 fuegos.
1510…....... 12 fuegos.
1543…...... 12 fuegos.
1609…...... 19 fuegos.
1646…...... 54 fuegos.
1713…..... 70 vecinos.
1717…..... 37 vecinos.
1722…..... 40 vecinos.
1787….... 40 vecinos.
1797….... 131 vecinos.
Madoz….... 648 almas.
1857… 917 habitantes.
1970… 869 habitantes.
1996… 592 habitantes
1998… 576 habitantes.
2000… 556 habitantes.
2002… 550 habitantes.
2003… 568 habitantes.
2006… 485 habitantes.
2007… 579 habitantes.
2008… 581 habitantes.
2010… 539 habitantes.
2012… 506 habitantes.
2014… 509 habitantes.
*
Torrijo te dio la cuna,
y San Francisco el
cordón,
el Papa te dio la Mitra,
y Teruel el
corazón.
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Viva Torrijo del Campo,
cuna de nuestro prelado:
Dios le dé mucha salud,
pa que viva muchos años.
¡Viva!
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