Algunas persona venidas a la ciudad con ocasión de celebrarse la recreación medieval de La Partida de Diego de Marcilla, nos comentaron la imagen tan pobre, la sensación de dejadez y abandono que daban esas banderas y lo poco que costaba arreglarlas.
Nosotros que estamos de acuerdo en la crítica nos preguntamos si, ¿PODEMOS? y ¿DEBEMOS? arreglar tan desastrosa imagen. La respuesta inequívoca es que SÍ...¡QUÉ SÍ PODEMOS!
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