MONTAÑAS DE TERUEL:
eterno mestizaje de tierras, gentes y paisajes.
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Hallamos en Teruel, en pleno
otoño, cumbres de verde pino y de rebollos. Huellan el alto valle las pisadas.
Acarrazan los bosques, las masadas. Buscan en sementeras, van ansiosos, al
calor de los últimos rastrojos. Tapiz azul, de terciopelo ajado, cubriendo la
ladera, el verde prado. Dulces manzanas, melocotones de oro y uvas maduras
cultiva sin descanso el buen labriego, arando las laderas de estos cerros. Y
aquí, un dios marchito, pinta paisajes y arrancan mil colores al boscaje. Crece
bajo la encina la semilla que en azafranes funde tierra mítica. Cestas de
robellones, rodeno rojo, veletas en las torres, pueblos rotos. Por Peña Roya el
fuego está encendido y por Javalambre, ya viste barba blanca el venerable. Hay
feria de ganado en los ejidos y hogazas de pan caliente riega el buen vino.
Pasa el otoño, pasa por nuestros pueblos robando gentes. Robando en caseríos verde estío y dejando en el aire un tiempo impío. Incierta nube, incierto
cauce, incierto el horizonte trashumante. Castillos de esta tierra, con
galanura, luchad pues la batalla no está perdida.
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