Comenzó la lifara anunciándonos el jotero mayor que, durante el ágape, se acompañaría y distraería nuestro entendimiento con algunas coplas referidas al orden de prelatura en la mesa, así como los platos del menú que se iban a servir.
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Como es costumbre en Orihuela, siempre hay dos invitados especiales en todas las celebraciones, son los patrones del pueblo: SAN MILLÁN Y LA VIRGEN DEL TREMEDAL.
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Algunos comensales hicieron peticiones fuera del menú y así lo anunció la jotera.
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El resto siguió el guión marcado por la carta previamente acordada.
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Los grandes gacheros, así como los gacheros grandes, suelen ocupar un espacio físico que no está previsto. Todo se solucionó con satisfacción gracias a la intervención de la Virgen del Tremedal quien, amablemente, cedió su sitio al hombretón.
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La ocurrencia del jotero del grupo ¡Alarma, que viene la Jota! fue muy aplaudida.
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Comenzó la parte esencial de la comida y los gacheros se pusieron (como el quico) a meditar.... y los joteros a cantar....
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Había en el aire una duda, una incertidumbre. Ya nos lo había anunciado antes de empezar: "HOY ESTARÉIS CONMIGO, EN MI MISMO". Palabras misteriosas y difíciles de interpretar.
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La liturgia de la comida seguía su ritmo normal y, los joteros, anunciaban cada nuevo plato con renovado brío.
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GANCHADA
Llegó el momento crucial. El instante de la CONSAGRACIÓN DEL SIERVO. Todos esperaban anhelantes, escuchar las palabras de su líder espiritual.
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Se hizo el silencio, mientras que una jotera nunciaba más condimentos. Pero, a nadie interesaba ya el orden del menú. Sólo anhelaban las palabras que salían de su boca.
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Así habló Zaratustra en Orihuela del Tremedal, a 23 de octubre de 2014: "COMED DE MI CARNE Y BEBED DE MI SANGRE"
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Y tampoco, ya, los alimentos corporales.
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Y finalmente nos dijo: "EL QUE COME DE MI CARNE Y BEBE DE MI SANGRE VIVIRÁ ETERNAMENTE... COMO SIERVO MÍO".
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Y fue la fiesta, en ese día y en ese lugar, hasta el amanecer. Hubo aquelarre de brujas y se escanció el vino en calabazas.
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COPLAS IRREVERENTES
Terminada la lifara, y aún antes de terminar, algunos comensales interpretaron con lo joteros invitadados endiabladas coplas de no muy buen gusto. Pues, el alcohol, es buen compañero de la disipación y el vicio. Hasta el gran Zaratustra se animó con alguna jota de atrevido tono.
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LOS GACHEROS EN SU DURA LUCHA CONTRA EL ÉBOLA
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