Las jornadas que van a celebrarse
en Monreal y Blancas los días 17, 18, 19 y 25 sobre el AZAFRÁN / ZAFRÁN se quedan
cortas; no abordan la problemática del turismo en el Alto Jiloca, ni planteas líneas
de desarrollo ni de crecimiento sectorial. Desde luego una ocasión perdida en la que los
Ayuntamientos de Monreal, Blancas y la Comarca deberían implicarse más y
aportar personal especializado si se quiere abordar la problemática de este sector económico en
una tierra tan escasa de recursos.
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MONREAL DEL CAMPO Y
EL TURISMO
El desarrollo económico de
Monreal hasta el cierre de la azucarera de Santa Eulalia y la emigración masiva
ha sido el policultivo dentro de la actividad agropecuaria básica y la minería
del hierro de Ojos Negros. Esta idea central de completar la economía familiar
y municipal a través de diversas actividades complementarias se hace cada día más
evidente, sobre todo, para aquellas personas que deciden quedarse o buscan un
futuro para sus hijos cerca del hogar familiar.
España, desde que Fraga empezó a
hacer Paradores Nacionales, ha sido una potencia turística. Monreal,
seguramente cegada en la tarea de resolver sus consecutivas crisis económicas y
de población, no se ha tomado muy en serio este tema. Así que, tanto Monreal como
los diversos pueblos del Alto Jiloca, han llegado tarde y mal al maná del
turismo. El aterrizaje tardío y sin mucha convicción les ha llevado a elaborar
un folleto, que es, el que presentamos aquí, pensando que con el sólo efecto de
su presentación los turistas caerían aquí como moscas. ¡No ha sido así, y no es
sorprendente que así haya sido!
El folleto es pobre en oferta y solamente
yo pararía en Monreal tras leerlo, para ver una sola cosa: El Museo del Azafrán. El folleto aleja al turista mandándolo a
Peracense o a Gallocanta y se olvida de los valores patrimoniales que posee: Palacios
señoriales, casonas, arquitectura popular, arte religiosos, gastronomía (FIESTA DE LA LONGANIZA), ecología
(los Ojos de Monreal, la ribera del Jiloca, la Caridad, las ermitas…). Hay que
hacer plantaciones de azafrán a las que se pueda llevar a los escolares a
recoger la flor y luego, en el pueblo, hacer el esbrín.
El turista quiere ver cosas
singulares y realizar algún tipo de actividad, deportiva o manual, alejada de su
cotidianidad. Hoy día, el ciudadano está saturado de imágenes (paisajes). Por ello, a Monreal le toda desarrollar un sector económico,
que tiene todavía en pañales.
¡AL JILOCA YA LE TOCA... PONERSE LAS PILAS!