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jueves, 23 de febrero de 2017

Febrero2017/Miscelánea. A VUELTAS CON LA GUERRA CIVIL (36-39)

Foto que nos remite Chabier de Jaime Lorén
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EL FRENTE DEL ALFAMBRA, LA BATALLA DE TERUEL Y OTRAS HISTORIAS
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Véritas ódium parit
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Nos remite un amigo esta fotografía de la 22 Brigada Mixta “Francisco Galán” que estuvo en la zona del Alfambra-Pancrudo allá por la primavera del año 1937. Paralelo a ese envío, hemos entrado en Internet donde hay una verdadera marea de blogs y “estudios” sobre el lado republicano del conflicto. Bien es verdad que los ganadores ya hicieron “su” historia. Pero, si queremos llegar a alguna conclusión convincente en este asunto de la Guerra Civil (36-39) tendrá que producirse una confluencia para un mejor estudio y análisis equilibrado y comparativo de la forma de hacer la guerra entre los dos bandos: la estructura de los ejércitos, la planificación, la preparación, el armamento, la disciplina, la cadena y función de los mandos, etc., etc. Porque, se nos olvida en este furor republicano actual, que la guerra la ganó Franco, es decir, el ejército rebelde… el sublevado… ¡vamos!... los malos.
La fotografía de la 22 Brigada Mixta tiene el valor de toda imagen congelada en el tiempo, es decir, nos describe una realidad, concreta, pero objetiva. Si se repara en los “personajes” y se olvida uno, por un momento, de los “chopos cabeceros” se verá qué clase de ejército era el republicano, al menos en este año y en esta zona del conflicto en calma: carecen en absoluto de uniformidad y disciplina, los cascos de protección no alcanzan a todos, unos llevan y, otros, no. El armamento va desde, trancas, garrote o palos, fusiles con la bayoneta calada que en ese instante no tiene sentido (la bayoneta sólo se cala cuando hay combate cuerpo a cuerpo). Mientras unos van abrigados con cazadora con piel en el cuello, otros, los más, en mangas de camisa. Solamente dos levantan el puño (uno, más parece que para mostrar bíceps, que para manifestar su ideología). En fin, como se dice popularmente, más parece el ejército de Pancho Villa que una fuerza regular y preparada para la guerra.
Esta falta de preparación, de disciplina, de entrenamiento; la toma de decisiones asamblearias, la falta de una cadena de mando eficaz, era una constante en el ejercito republicano (tan exaltado ahora) baste decir que en la Batalla de Teruel,  en la toma del casco viejo de la capital vinieron muchos voluntarios. La razón era que, prácticamente, no había enemigo y se venía a saquear la ciudad, como así se hizo. Tomada la ciudad son retirados los victoriosos guerreros a descansar a Rubielos de Mora. Cuando se produce la contraofensiva franquista, les entró el pánico y decidieron desertar pero, fueron, muchos de ellos, apresados y fusilados por los propios republicanos.  Para que se vea la incapacidad del ejercito republicano baste señalar que para la toma de Teruel en la que se enfrentaban 100.000 (cien mil) republicanos contra 4.000 (cuatro mil) franquistas tuvo que pasar el tiempo que va del 15 de diciembre al 8 de enero (23 días). Por ello, por esta tardanza, estaba siempre Indalecio Prieto, en retaguardia y al teléfono preguntando: ¡PERO..., SE HA TOMADO YA TERUEL! Teruel fue una demostración de la incapacidad de maniobrar del ejército republicano. Pero, así como para la guerra no eran hábiles, lo eran para la publicidad. Y aún, ahora, los descendientes ideológicos lo siguen siendo.
¿Quién pide un museo para la Batalla de Teruel? Pues, claro está, los nietos ideológicos y analfabetos de los perdedores. Para el ejército republicano la Batalla de Teruel fue (debió ser) una vergüenza que deberían tratar de olvidar, sin embargo, todo lo contrario, nos la presentan como llena de honor y heroísmo para los suyos: ¡vamos como si la hubieran ganado!
¡Así se escribe hoy la historia! Muchas gentes caen en el engaño. Menos mal que la luz (dicen) aparece al final del camino.
En términos militares el ejército de Franco fue muy superior en organización, en disciplina, mandos, etc.… No en vano, la II República, cuando se produce la sublevación de Asturias llama a Franco. ¡Ya sabían, con quién se la jugaban!
El colmo de los disparates fue la entrada en Teruel del general Rojo montado en caballo blanco por el Rabal (Arabal de Teruel), a imitación de los emperadores de la antigüedad. (Esto, una anécdota sin importancia, es negada radicalmente, ahora, por los historiadores de la parte republicana).
No tenemos ninguna esperanza de que se logre una vía de entendimiento y se vaya a una visión objetiva de la Guerra Civil Española (36-39). ¡No la tenemos! Y no la tenemos, porque el mal está en las Facultades Universitarias, donde se “enseña” (se adoctrina) al estudiar la Historia.
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Un ejército es un arma de guerra, como las pistolas, tiene que estar bien "engrasado". Nos guste o no nos guste, para ganar una guerra es necesario que  las tropas estén bien entrenadas, bien  avitualladas y bien "mandadas". En la foto, el ejercito de Franco desfilando. 
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