(Un caldo en tela de juicio)
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El primer problema es la producción de una uva de mala calidad (se prima la cantidad sobre la calidad). En segundo lugar está la importación (compra) de vino de otras zonas fuera de la Denominación de Origen.
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El primer problema es la producción de una uva de mala calidad (se prima la cantidad sobre la calidad). En segundo lugar está la importación (compra) de vino de otras zonas fuera de la Denominación de Origen.
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Para que haya buen vino tiene que
haber buena uva, esto es una obviedad. Pero, precisamente aquí, en la buena uva,
es donde está la clave del buen vino. Está sucediendo en Cariñena, precisamente
una comarca que vive, casi toda, bajo el paraguas de la Denominación de Origen.
Basta pasearte por determinadas fincas para ver como se está podando. En la poda
está el primer dato de cómo será el vino del año siguiente. Decía un
cooperativista molesto con lo que está sucediendo que se prima la cantidad
sobre la calidad. Y si echas las cuentas te sale. El fraude procede de los
grandes terratenientes de Cariñena que tienen grandes fincas y capacidad para establecer
riego. Cuando llega la época de la poda (ahora) dejas a ésta de tal forma que
el número de yemas te garantice el triple de la producción. Basta para ello con
dejar un número de yemas adecuado. Luego, las cepas con una extraordinaria carga de uvas, se riegan para aumentar la cantidad de producto. A continuación y llegada hora de la vendimia serán tus viñas las
últimas en vendimiarse porque, claro, no alcanzaran el grado adecuado. Pero al
gran terrateniente que es además quien controla la cooperativa, le sale el
negocio redondo. Veamos un ejemplo. Si una cepa da normalmente 4 kilos de uva
para obtener una buena cosecha y se le paga el kilo a un precio base de 4
puntos de valor, el resultado serán 16 puntos de beneficio. Por el contrario el
gran productor (terrateniente) que riega una cosecha superabundante por una mala poda (intencionada) obtiene
12 kilos de uva por cepa. Echamos cuentas y 12 kilos por un precio básico de 2
puntos de valor dan como resultado 24 puntos de beneficio. Se saca el terrateniente, por cepa, una
diferencia de 8 puntos de valor.
Una cepa con mucha carga de uva y con
riego abundante da un vino de bajo grado alcohólico. Todo ello redunda en
perjuicio de la calidad del vino y en perjuicio del pequeño
cooperativista.
Como puede comprobarse no sólo es el
jamón o el ternasco quien comete fraude, también el vino de Denominación de
Origen comete fraude. Luego, cuando viene los problemas, se trata de ver como
los esquivamos o, quizás, que venga la administración (los políticos: esos corruptos) a solucionarnos las
cosas.
Llegados a este punto aparecen los
políticos populistas que tratan de enmascarar una realidad. Véanse las
declaraciones del Alcalde de Cariñena, Sergio Ortiz, con respecto al vino de Cariñena: “EL ALCALDE DE CARIÑENA, SERGIO ORTIZ, HA DECIDIDO MULTAR A TODO AQUEL
QUE MEZCLE CUALQUIER TIPO DE VINO QUE TENGA SU ORIGEN EN CARIÑENA CON REFRESCOS
DE COLA” Pura demagogia barata. Conviene que los poderes públicos estén atentos
a al cumplimiento de las normas, tanto a las que les afectan a ellos, como las que afectan al círculo en el que viven. Pero, en ningún caso y de forma, consciente, enmascarar la realidad. Porque, con estas declaraciones el
alcalde socialista de Cariñena beneficia al terrateniente y perjudica al
pequeño propietario. ¿Así pues, de parte de quién está el socialismo? ¿De los
terratenientes de Cariñena?
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