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“Hamid Katache es argelino así que
está muy orgulloso de lo que sus antepasados, los mudéjares, han dejado en
Teruel. Hace 11 años (página web fechada, el 12 de febrero del año 2012) que
trabaja duramente en España y ahora es constructor.” (De su página web)
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No va descaminado Katache en sus
declaraciones. El nombre MUDÉJAR ha tenido éxito porque solapa,
interesadamente, la forma común y corriente de llamar, en la Edad Media y luego, en
general, a los que profesaban la religión islámica: LOS MOROS. Todo, en principio,
fue mucho más sencillo de lo que ahora nos lo presentan determinados
intelectuales. Tras la Reconquista sucedieron dos cosas con los moros. Unos
fueron hechos prisioneros y pasaron a ser esclavos. Otros, por el contrario, no
plantearon batalla y pasaron directamente a ser hombres libres y pagar sus
impuestos a la Corona. Moros de Paz (los ahora llamados mudéjares) y Moros de Guerra
(los que pasaron a ser esclavos). Como la villa de Teruel fue conquistada sin
que tuviera que mediar batalla alguna, es decir, por ocupación, fue normal
que la mayoría de los moros pasaran a ser Moros de Paz y siguieran con sus
trabajos. Eso sí, no había, salvo contadísimos casos, intercambio cultural, ni
mestizaje. Cosa nada sorprendente si vemos la población musulmana que ha venido
inmigrada a Teruel en pleno siglo XXI (cuál no sería la segregación en el siglo
XIII). Katache es una excepción a la regla general.
Así estábamos tan ricamente cuando en
el siglo XVII se produce la expulsión de los Moriscos, no son otra raza ni otro
pueblo, son musulmanes que desde tierra adentro hacían de quintacolumnistas en los ataques de los piratas otomanos a las costas mediterráneas, para la captura
de población sobre la que luego pedir rescate.
Sobre el arte mudéjar, es decir,
sobre la arquitectura mudéjar se ha escrito mucho. Pero, en esencia,
corresponde a las construcciones que hacen estas poblaciones conforme a su
modelo cultural. Las construcciones mudéjares son tan importantes como escasas,
pero se ha extendido el ámbito de lo mudéjar de forma descarada.
En principio, estamos de acuerdo en
llamar mudéjar a lo que no es mudéjar (aparente contradicción), si con ello se atraen fondos para su
restauración. Porque, seamos sinceros, no todo lo construido con ladrillo es
mudéjar. Ni, por otra parte, todo lo construido por un musulmán es mudéjar,
pues de ser así, las obras de Katache serían clasificadas, actualmente, como
mudéjares. Pongamos algunos ejemplos. La torre de San Pedro, es románica, pero
como en Teruel el material más abundante es la arcilla se hizo en ladrillo. No
hacía falta ninguna prueba del Carbono14, ni de Termo-luminiscencia, para saber que la torre más
antigua de Teruel es San Pedro, el estilo arquitectónico lo dice claramente.
De la misma manera, no es mudéjar la torre de la Merced.
Por otra parte, el Simposium
Internacional sobre el Mudéjar que se celebra en Teruel, quiere rendir este año
tributo al Amor entre musulmanes. ¡Choca! Porque, el Amor… ¿no hemos quedado en
que es un sentimiento universal? Pero claro, todos sabemos de qué va el asunto de las canonjías.
Hay quién dice en Teruel que se habla
poco del mudéjar, mientras otros señalan que se habla demasiado. Pongamos, una
vez restaurada la torre de la Catedral (gótica con remate barroco), las cosas en su sitio, en su justa
medida.
P.D. Espero que el Comité Organizador
del Simpósium Internacional del Mudéjar, haya tenido la delicadeza de invitar a
Katache al mismo. Al menos por dos razones, se lo merece.
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Juglar anunciando el Simpósium
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Comité organizador del Simpósium.
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Fiesta mudéjar (todo vale).
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