Yo no sé dónde comer la mejor paella del mundo en cambio, sí que puedo decirles, el lugar en que les servirán una de las peores. La carne cruda y el tomate por arrobas. Esto es lo que trae comer en el área turística de una ciudad. Todos nuestros vecinos de mesa eran extranjeros pero, a lo que quisimos reaccionar, ya era demasiado tarde. Tienen razón lo que piensan que los turistas son los seres más pacientes, cándidos y conformados del mundo. Además, cuando vuelven a casa cuentan maravillas, luego de haberles pasado, mil y una perrerías. ¿Qué, fulano..., cómo fue el viaje? ¡Ma-ra-vi-llo-so?
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Plano del centro de Valencia.
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