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jueves, 17 de noviembre de 2016

Noviembre2016/Miscelánea. LAS ESQUINAS DE LA CIUDAD (LAS CUATRO ESQUINAS)

Esquina Pizarro
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Esquinera
Nombre femenino 1. Mueble cuyos laterales encajan en un rincón, de modo que sólo se ve su parte frontal.
2. Coloquial. Prostituta que suele apostarse en las esquinas de las calles.
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Canción de cuna
Cuatro esquinitas tiene mi cama
cuatro angelitos que me la guardan.
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Jota
Y estas son las cuatro esquinas
Y las cuatro son de acero,
Voy a entrar y no me dejan
Voy a salir y no puedo.
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Jota
“Nadie le teme a la fiera,
que la fiera ya murió
al revolver una esquina
un valiente la mató.
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Definiciones RAE
Esquina. 1. f. Arista, parte exterior del lugar en que convergen dos lados de una cosa, especialmente las paredes de un edificio.
2. f. desuso. Piedra grande que se arrojaba a los enemigos desde lugares altos.
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Rincón 1. m. Ángulo entrante que se forma en el encuentro de dos paredes o de dos superficies.
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LAS ESQUINAS DE MI CIUDAD
En un sentido antropológico, los cruces de caminos, siempre han sido lugares de confusión. Con la cristianización, el demonio aparece en los cruces de los caminos, es alguien que puede desviarnos del camino y hay un único camino para ir hasta Dios. Actualmente hay gran número de leyendas urbanas que señalan que, los cruces de los caminos, son lugares apropiados para hacer pacto con el diablo.
Generalmente la calle mayor de un pueblo o una ciudad medieval era un camino, el llamado  Camino Real. En Teruel está muy claro el eje o Camino Real que atraviesa la ciudad, éste es, el tramo que une la puerta de Zaragoza con la de Guadalaviar a través de las calles Tozal,  Albardería (ahora Salvador) y plaza del Mercado (ahora del Torico /Carlos Castel). Con el desarrollo del trazado urbano, lo que antes eran cruces de sendas o caminos pasan a ser esquinas. “Las cuatro esquinas” es un topónimo que se repite con mucha frecuencia en numerosas poblaciones. Si un cruce en un camino es lugar de confusión y de pacto con el diablo, de una forma semejante podríamos decir que son, ahora, las esquinas de la ciudad. Las esquinas, quizás por ello, por esa atracción maléfica y legendaria resultan tan próximas a nuestra sensibilidad. Una esquinera es una prostituta que ejerce su oficio desde este estratégico lugar. En una esquina nos citamos con una persona, seguros de que el lugar es inequívoco. La esquina es un buen lugar para el ciego, para el pobre, para el músico callejero. Lugar ideal para el asalto, la traición o el despiste. La esquina supone, al contrario que la calle recta y diáfana (no la calle angosta), perder de repente a alguien de vista, un niño: “Fue girar la esquina y pillarlo un coche”. Las esquinas son buenas para parar al taxi, para la grata sorpresa, para despistar al cobrador impertinente, para la cita con la amante, o quizá, para el “camello” que vende al menudeo…
Las esquinas de nuestra ciudad, sin embargo, muestran muchas caras. Hay esquinas solitarias, que permanecen siempre como abandonadas, sobre las que no se coloca ni un mal cartel, ni una señal, ni siquiera se para un viandante despistado. Son esquinas umbrías, azotadas por el frío y por las que pasas persignándote. Otras son polo de atracción en las que, paradójicamente, se acumula mobiliario urbano, señales de tráfico, carteles luminosos y un trasiego de gestes y vehículos sin cuento. Dice la Jota que al “revolver” (girar, torcer) una esquina… un valiente la mató. Dando a entender que la esquina es lugar de asalto, de sorpresa, de lucha temeraria. Al volver una esquina ya sea de muralla, de iglesia, de convento, de palacio o de caserío, puedes encontrarte con la mayor de las sorpresas. Raramente las sorpresas eran agradables, por el contrario, en los tiempos pasados en que este mundo era “un valle de lágrimas” las sorpresas, como los telegramas traían, generalmente, malas noticias.  
Traemos hoy, aquí, algunas esquinas de nuestra ciudad, lugares de cita, lugares en los que nos habremos parado a charlar más de una vez (los famosos "capazos" turolenses). Son lugares comunes y cercanos de nuestra vida en los que no reparamos por ser tan cotidianos. Por ello, en nuestra ciudad, cuando quieres dirigir a una persona orientándola a partir de un punto, sueles decir: “sitúate en las CUATRO ESQUINAS”  y de ahí coges tal o cual calle….
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Las Cuatro Esquinas
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Esquina con el Pozo
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Esquina Ferrán
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Esquina Sindicatos
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Esquina la Pavas
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Esquina del Frontón
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Esquina del Portal de Valencia
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