DE LA FRESCA Y EL CARASOL A LA
TERRAZA DEL BAR
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Al verano se tomaba la fresca por la
noche a la puerta de casa, al invierno, se tomaba el sol en los carasoles. En
ambos casos, en nuestros pueblos, se comentaba el “periódico hablado” que no
era otra cosa que los “chismes” de lo que pasaba en el pueblo.
Dicen que fue Isabel II, una reina
muy popular, la que trajo la moda de salir de las tabernas a tomar el vino a la
calle y la otra moda, no menos popular que la anterior, la de tomar baños de
mar, pues tenía soriasis. Sea como fuere, la explosión de las terrazas se ha
visto reforzada tras el decreto que prohibe fumar en locales cerrado. Pero, no digamos
nada del turismo de playa, cuyo arrollador éxito constituye una pieza esencial
de nuestra economía.
Teruel, siguiendo el pálpito
nacional, extiende sus terrazas durante todo el año. Es buen negocio para sus
dueños y para el Ayuntamiento.
EL CARASOL
“En
el carasol se decía que con el arriendo de pastos, cuyo dinero iba al
municipio, se hacían planes para mejorar la vida de la aldea. Bendecían a Paco
el del Molino, y el elogio más frecuente entre aquellas viejecillas del carasol era decir que los tenía
bien puestos.” Ramón J. Sender. Réquiem por un campesino español.
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