EL PARQUE DE RICARDO ECED SÁNCHEZ
(Alcalde de Teruel)
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Tras la Batalla de Teruel y una vez
construido el “Valle de los Caídos”, hasta este monumental lugar se llevaron los
muertos. Los 35.000 de la Batalla pero, además, se llevaron los enterrados en
los Pozos de Caudé y otros lugares. Aún quedaron algunas pequeñas fosas de un
número menor de muertos: Singra, Rubielos de Mora…. y alguna más que todavía se
encuentra esporádicamente. También, a fecha de 2015, se suelen desactivar en torno a los 100 artefactos explosivos al
año.
Por otra parte se empezó a
desescombrar la ciudad y la enrunas se depositaron entre otros lugares en la
Ronda y en el Ensanche. Empezó a cubrirse el barranco de Cofiero y para el año
1951, año en que se inauguro la Residencia
(ahora Hospital) del Padre Polanco, ya existía un camino a nivel que
permitía el paso llano. Luego siguieron las enrunas y la búsqueda entre ellas
de restos con algún valor. Ángel Novella
pedía a los obreros que le recogieran los fragmentos de cerámica que
encontrasen y, por otro lado, Leocadio Brun, les llevaba a los obreros una
botella de vino para que le apartaran a él, también, alguno de aquellos
preciados cascotes de cerámica de Teruel.
Pasó el tiempo y un ingeniero de
montes gallego y concejal del Ayuntamiento de Teruel, Don Perfecto Hermida Casqueiro,
realizó el primer parque en el que colocó cabañas para los animales. Estaba muy
bien ideado, pero al ingeniero (que ya había venido a Teruel con destino de castigo) se le hundió el parque.
Sería finalmente un alcalde
turolense, don Ricardo Eced Sánchez el que lo ejecutó, con mucho interés, y, finalmente el
que lo bautizó con el nombre de PARQUE DE LOS FUEROS DE TERUEL. La verdad es que a Ricardo
(que en paz descanse) le salió un parque muy bonito. En su día ya le mandé un
correo a Julio Esteba (no sé si lo leería) diciéndole que no estaría mal
añadirle al de, Fueros de Teruel, el nombre de Ricardo Eced.
La verdad es que con el tiempo, el
parque gana y ahora está en un momento de sumo esplendor con una cuidada jardinería
(aplausos a los jardineros).
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