Ya llevábamos comido casi la
mitad del otoño sin percatarnos de ello, sólo la llegada de las grullas desde
el frío norte, nos hizo caer en la cuenta. Salimos de Teruel y paramos un
instante en el cementerio de Tortajada, ahora muy arreglado, para rendir
recuerdo a nuestros antepasados. Caminamos hacia el norte y de camino nos topamos
con las grullas. Volaban alto y en formación, haciendo esa V clásica en dirección
a África. Estuvimos por el Poyo y Fuentes Claras luego, en Calamocha, vimos su
famosa feria. Es tiempo de casa rural y de Jálogüin. Para todo hubo tiempo,
para el cementerio y para la fiesta profana. Para la risa y para el escalofrío.
Todos los Santos 2013, un tiempo muy bueno que ha hecho contraste con lo
apocalíptico de las fechas.
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