EL PSOE HA VUELTO
(Tentaros la ropa)
Se ha constatado, a lo largo del siglo XX, el fracaso del
socialismo como una doctrina capaz de resolver, por sí misma, las desigualdades
(económicas, sociales y culturales) en cada uno de los continentes. La
aportación más importante del socialismo ha estado y está en su versión socialdemócrata,
más relajada, humana y capaz de rebajar las tensiones sociales del capitalismo
despiadado.
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Para pasar el agua de un lado al
otro del barranco, como muestra la imagen superior, es preciso al menos un
puente-acueducto. Hay otros métodos más modernos como el sifón o vaso
comunicante o, quizás, el uso de un
potente motor que impulse el agua. Para pasar de una sociedad capitalista a una
socialista se han puesto en práctica en el siglo pasado, básicamente, dos métodos.
Uno es la revolución y el otro, el sistema socialdemócrata incrustado en las
democracias burguesas que tienen sus raíces referenciales en la cultura griega. El uso
de la revolución ha dado patéticos resultados allí donde se ha impuesto. Rusia,
Cuba, Corea del Norte…. países del llamado Telón de Acero. Desde el exterior se
vislumbra el problema de esos países porque vemos que la mayor parte de la
población quiere marcharse de allí, de ese supuesto paraíso, para alcanzar el “horror”
de las democracias burguesas. Todavía se encuentra mejor, el emigrante, si en esas democracias se ha
aplicado un método socialdemócrata que les permite obtener educación, sanidad,
subsidio de paro y de vejez de forma gratuita y sin haber cotizado con
anterioridad, sólo por el simple hecho de haber entrado en el club. Pero… ¿qué
pasa con el club cuando entra en crisis, cuando ese Estado de Bienestar no
puede seguir siendo dadivoso y caritativo con todo el que hasta él se acerca.
Hoy día, si no hubiera fronteras, masas ingentes de gentes acudirían a los países
europeos en busca del dorado. A pesar de las fronteras, flujos continuos de
gentes marchan de países “socialistas” a países capitalistas. Lo que está
pasando en Venezuela es de una gravedad extrema que marcará el futuro de
generaciones y generaciones de ciudadanos a lo largo del tiempo. Los países
que han sufrido el yugo comunista tienen serias dificultades en su recuperación,
incluso con ayudas potentes, véase sino el caso de Rumanía o de los países balcánicos.
Allí donde han imperado estos regímenes la sociedad arrastra una
desestructuración que dura largas décadas. El comunismo mata la iniciativa
privada, fundamento del progreso económico, social y cultural de los pueblos,
porque, el simple reparto de la riqueza no crea nada, más bien ocasiona sociedades
apesebradas y esclavas del poder que les da la limosna.
La socialdemocracia / las socialdemocracias
han tenido siempre la tentación de dar una paso adelante e incorporarse a un
sistema plenamente socialista, para ello tienen siempre a su izquierda a un
partido comunista que les anima sin descanso y quiere coaligarse con ellos en las
tareas del poder. Ejemplo palpable es lo que pasa en Andalucía, una región en la
que se ha llegado al extremo del sistema socialdemócrata y ahora no tiene
marcha atrás al tener gobierno de coalición, PSOE-IU. La alianza socialdemócrata-comunista
hace inviable un retorno a posiciones más juiciosas y que eviten ahondar en la bancarrota en que está sumida esta sociedad del sur de
España, rica en recurso, por otra parte. El problema de Andalucía no es la
corrupción, como lo puede ser en Valencia, Madrid, Cataluña o cualquier otra
comunidad autónoma, su problema es que arrastra los signos de una sociedad que
ha traspasado los límites socialdemócratas y se encamina hacia un modelo cuasi socialista
en el que la mayor parte de la sociedad está subsidiada, desaparece la
iniciativa privada, crece el abandono escolar y se obtienen, con la mayor inversión,
los peores resultados académicos. Hoy no podrían hacer frente a sus pensiones de
jubilación y tienen una sanidad obsoleta. Frente a Madrid que ha construido
recientemente nuevos hospitales en Arganda, Coslada, Majadahonda, San Sebastián
de los Reyes, Valdemoro, Aranjuez y Vallecas, Andalucía tiene uno déficit hospitalario
por encima de la media europea y la construcción de los 20 nuevos hospitales, que
necesita, está siendo un verdadero problema y un dolor de cabeza para los
consejeros del ramo.
De buenas a primeras y sin mediar
causa teórica o práctica por medio, dice Rubalcaba a grito pelado en Andalucía:
“EL PSOE HA VUELTO”. Nosotros no sabíamos
que se hubiera ido a ninguna parte (más allá de dejar el gobierno de España por derrota
electoral). Pero si trata de decirnos que el partido se ha reestructurado o se
ha refundado en base al estudio, elaboración, discusión y aprobación en
congreso (ordinario o extraordinario) de nuevas doctrinas que contengan nuevas
bases sobre el “socialismo” a aplicar en el siglo XXI. De eso, también podemos
decir: NADA DE NADA. Rubalcaba no es un líder intelectual capaz de llevar a
adelante nuevas propuestas sobre el socialismo. Más diré, en la historia del
socialismo europeo, España ha sido un territorio donde la doctrina ha llegado
de Europa y ha sido esparcida entre nosotros sin que los nuestros hayan tenido capacidad
de reintegro mediante alguna aportación digna de tal nombre: salvo, Joaquín
Costa (escuela y despensa). Con todo, hasta la pasada contienda civil, el anarquismo fue la genuina
expresión de nuestra castiza forma de entender el socialismo. En resumen, el
PSOE no ha vuelto porque le falta, líder, ideas y sobre todo una generación
capaz de hacerse cargo del legado socialista. La generación actual, víctima del
sistema educativo socialista, presenta un perfil nada halagüeño de cara a
nuestro inmediato futuro. Como ejemplo véase a la líder y presidenta de Andalucía
o a las “barbis” del Congreso o a Madina por poner, también, a un hombre y hacer el socialista ejercicio de
discriminación positiva.