LA LEYENDA DE VILLEL
(Publicada en el
Heraldo de Teruel, año 1896. Órgano del Ateneo Turolense)
*
Refieren las historias, que
mientras los nassaríes de Aragón
(maldígalos Alláh), con sus crecientes triunfos, tomando la roja Alhambra y
corriéndose río abajo, habían empezado a fortificarse sobre el cerro o muela
que antes había sustentado la vieja Turba
o Turulia; Seti-Mahomat, Sahid Ull-medina o gobernador del
castillo y villa de Villel, atendiendo solícito a la defensa y seguridad de sus
vasallos, y al castigo de los enemigos de Alláh, (que sea siempre ensalzado),
por cuantos medios estaban a su alcance, reunió sus huestes y acompañado de su arraez (capitán) y del Katib
(secretario), subía todos los días y noches a combatir a los cristianos, y con
talas, arrebatos, zalagardas y sorpresas, llegaba hasta las empalizadas de los
mismos muros que aquellos edificaban, destruyendo gran parte de ellos y matando
a muchos de sus alarifes y soldados,
con lo cual evitaba en parte, el que pudieran fortificarse con la prontitud y
seguridad que ellos deseaban.
Pero Alláh, el único, el excelso,
había dispuesto que, por más que Seti-Mahomat hiciese, los cristianos habían de
hollar, con sus impuras plantas, la tierra propiedad de los creyentes, que,
protegidos al fin por su Sultán o Rey, se afianzasen en la ciudad que habían
edificado, que Teruel fuese creciendo con sus torres, templos y murallas, y
que, siempre pujantes, fueran los odiados nassaríes bajando al llano y huertas, quitando a los
buenos muslimes las tierras y propiedades, y estableciéndose en Escondilla, En-bit, Alazzach y otras
aldeas inmediatas; fundando torres, atalayas y escuchas que rodeasen a la fiel
Villel, a la que sólo el valor y vigilancia de Seti-Mahomat, libró unos años
más, de caer en su maldecido poder, y que fuese profanada por sus plantas.
Pero estaba escrito, y Alláh, que
lo sabe todo, dispuso, que después de todos los pueblos comarcanos, cayese
también Villel en poder de los servidores del Chananem y que As-tariel o el ángel de la muerte, se apoderase del
alma de Seti-Mahomat, por la vil traición de un infame esclava (maldecida sea)
que, hecha prisionera en una de sus correrías, turbó la paz de su existencia y
apoderase de su espíritu, para precipitarlo en el abismo de perdición.
Y sucedió que aquella esclava
que, con su voz seductora, la belleza de su semblante y el atractivo de sus
miradas, había llenado de ardor el pecho del valiente Seti-Mahomat, fue un día
visitada por un hermano que tenía, y que se había dejado hacer prisionero para
poder así llegar a su presencia, y una vez conseguido esto, la persuadió a que
hiciese traición a su amante y señor, para lograr así el perdón del Dios de los
cristianos y el de sus padres.
Y la esclava (maldecida sea por
Alláh) viniendo en los deseos de su hermano, después de lograr su rescate y
darle grandes presentes, le envió a los suyos para que concertasen la vil
traición que les había de hacer dueños de la envidiada Villel.
Diez años hacia que los
cristianos se habían establecido en Teruel, y en ellos nada habían conseguido
del indomable Seti-Mahomat, pero pocos días después de la salida del hermano de
la esclava, al principiar la luna de Moharrán (13 de noviembre de 1181),
habiéndose salido los buenos creyentes a celebrar la boda de uno de los
principales arraez o capitanes de la villa, al cerro llamado de la horca, donde
estaba establecido el raudha (cementerio), y habiéndose quedado sólo en el
castillo Seti-Mahomat con su esclava llegada la hora de adhohar (medio día),
cuando aquel descansaba en el maldecido regazo de ella, sacando esta una larga
aguja de salmar, que llevaba prevenida, traspasó con ella la cabeza del
confiado gobernador, introduciéndosela por los oídos, y le dejó exánime y en
brazos del ángel de la muerte.
Consumado su crimen, salió la
esclava a las almenas del castillo, e hizo señas con un pañuelo blanco a los
cristianos, que estaban escondidos en las cuevas y cerros inmediatos, y estos,
cual lobos hambrientos, se precipitaron a las puertas del castillo, penetraron
en él, y enarbolaron su odiado estandarte.
Los confiados creyentes, que eran
la mayoría de los habitantes de la villa, al ver tremolar aquella enseña en las
murallas de su fortaleza, preparáronse para rescatarla, perola acometida de los
idólatras (cristianos), mandados por Olim Pedriz (Martín Pérez), Señor del
lugar de Escondilla, que los pasó a todos a cuchillo, hizo que la codiciada
Villel quedase ya para siempre, en poder de los enemigos de Alláh.
Muertos los guerreros por las
huestes cristianas, las inocentes palomas (mujeres) musulmanas, por no caer en
la vergüenza de ser esclavas de los nassaríes, hecháronse el alharime (velo) por la cabeza, y
precipitáronse en el río, en donde, acogidas por As-tariel, fueron llevadas
delante del trono de Alláh (que sea siempre ensalzado), librándose así de la
deshonra.
Y así se perdió la hermosa villa
de Villel (casa de sombra), la de las verdes arboledas y jardines, y así pasó
al poder de Olim Pedriz, a quien su Sultán hizo Señor de ella, reservándose
para él el castillo, horno y molino, que tantos sudores y fatigas habían costado a nuestros mayores.
¡ Alláh es omnipotente y sabio, y
su misericordia es infinita…………………………………………
Años después, para honrar la
memoria del valiente y desgraciado Seti-Mahomat, que Alláh tenga en su seno, y
para recuerdo de esta lamentable pérdida, escarmiento de los creyentes y
memoria de la vil traición de la esclava, escribo esto yo, hijo que soy del
Katib (secretario) y servidor de aquel valiente gobernador.
Allem-Abit
Por la copia
Salvador
Gisbert
*