PRIMERA PARTE
No está todavía muy determinado
el papel que jugó el negocio de la lana en la historia de las poblaciones del
sur de la Ibérica durante la Edad Media y Moderna y, mucho menos, en tiempos
anteriores. Para el siglo XI, cuando el Cid cobrara “parias” en toda la zona
del Jiloca y Molina de Aragón, dos actividades económicas parecen ser básicas
en la zona: el pastoreo y la minería del hierro. Casi todo el mundo se remite a
Ignacio de Asso para saber algo del tema y, también, a la Casa de Ganaderos de
Zaragoza. Pero habrá que preguntarse sobre la ganadería en la Celtiberia y si
las sesmas obedecen a repartimientos
basados en esta actividad o no. De momento las incógnitas son casi tan grandes
como los olvidos. Hay sobre el terreno, señales de la actividad ganadera y del
aprovechamiento de la lana, pilones, telares, batanes, lavaderos de lana, etc.
etc. que habrá que investigar y juntar para un mejor conocimiento de nuestro
pasado. ¿De dónde salían las “parias” que pagaba al Cid si no había prácticamente
agricultura? Ya Ignacio de Asso dice que
a finales del siglo XVIII la agricultura en la zona de Teruel era una actividad
marginal. En busca, pues, del lavadero de lanas de El Poyo marchamos saliendo
desde la propia localidad y pasando por la escultura dedicada al Mío Cid. Una
vez llegados al peirón del Pilar giramos a la derecha hasta la ermita de la
virgen del Moral, camino de Fuentes Claras. Encontramos ruinas de una actividad
que dicen que acogía el trabajo de hasta 100 personas. También hay lavadero de
lanas en Calamocha aprovechando las limpias aguas del río Jiloca. En el siglo
XI Rodrigo Díaz de Vivar sienta su plaza en El Poyo camino de Valencia. En el
siglo siguiente, el XII, Alfonso I el Batallador lo hace en Monreal del Campo
punto clave en la ruta de la lana que recoge la economía del bajo Jiloca y
Molita de Aragón para sacarla por Bueña, Alfambra y El Pobo al mar. Ya a
finales del XII, Alfonso II el Casto, funda Teruel y sienta la base definitiva
de la conquista de Valencia, pero empezando por Morella. ¿Qué papel jugó la
lana en todo este proceso de conquistas? Sin duda importante ya que, como anécdota,
cabe señalar que Alfonso I el Batallador otorga a la Casa de Ganaderos de
Zaragoza el derecho a pastar en todo el reino de Aragón. Derecho que creará
multitud de problemas y pleitos en el sur de su territorio. Por ello insistimos
en la necesidad de revisar nuestra historia a la luz de esta actividad tan básica
para la supervivencia de los habitantes de esta tierra, en casi todas las épocas.
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Panel informativo junto a la escultura de Mío Cid.
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Información sobre la ermita, Camino de Fuentes Claras.
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Puerta de acceso a los lavaderos.
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