La muralla de Teruel la mandó hacer Alfonso II de Aragón, hijo del conde Ramón Berenguer y de la reina doña Petronila. Casi terminado el perímetro murado vino, a la incipiente villa, y la dotó de FUEROS.
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Este trozo de muralla comprendido entre el torreón de La Unión
y el portal de Daroca, todavía pude restaurarse en su totalidad sin mayores
problemas. Está visible desde las Cuevas del Siete y la pequeña altura del
muro puede ser debida a que le servía de
antepecho el terraplén que se forma por la erosión del barranco que baja de
Ollerías del Calvario. Como puede observarse en las fotografías, hay de todo,
recrecimientos en ladrillo, piedra sillar, tapial… hasta acabar en la puerta de
Daroca que sí ha sido restaurada recientemente y ofrece buena vista subiendo
por la Andaquilla.
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