LAS CULTURAS
Durante un tiempo se puso de moda
la frase de: “Ciudad de las tres culturas”, aplicada a Toledo, Teruel y en general
a aquellas ciudades en las que durante su historia habían tenido residentes
cristianos, judíos y musulmanes. Siempre se obvió de este enunciado a los Gitanos.
Pueblo procedente de la península indostaní y que se conoce su llegada a
España por las cartas de presentación a Fernando el Católico. Los gitanos han
sido siempre una etnia nómada, muy cerrada y que han mantenido una relación muy
estrecha con los animales. Tras la última guerra se inició un proceso de
sedentarismo que aquí en Teruel tuvo lugar en el barrio de Pomencia. Se
construyeron dos filas de casas unifamiliares en unos terrenos que, ahora,
resulta que tienen dueño. La intención primigenia de Ángel Solaz (el Cura de
los Gitanos) fue buena, pero a la larga, los resultados han sido catastróficos. El
espacio, un barranco, se ha convertido en un gueto impropio del siglo XXI. Es
la trastienda de la ciudad, la cara fea. Un lugar del que nada quieren saber
los turolenses, tan dados a la caridad (por otra parte). Ya, en otra ocasión,
colocamos fotografías del barrio subiendo por la rambla del Chepa, en esta
ocasión lo hacemos desde los Monotes y la balconada de la plaza de los
Arreñales del Portillo. Teruel, ciudad multicultural, lo será efectivamente
cuando acabemos con los guetos, como ya se ha hecho en otros lugares. Los
gitanos, por otra parte, deberán seguir integrándose en una sociedad libre e igualitaria
con sus derechos, pero también con sus deberes. Un proceso que a la larga se plantea como inevitable.
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