OLLERÍAS
(En el cinturón rojo)
El PSOE ha mantenido activo a su electorado más fiel, el del cinturón rojo, no realizando ninguna actividad de mejora de estos barrios y para que éstos, de esa forma, mantengan vivas sus reivindicaciones, paradójicamente, contra la derecha.
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El PSOE ha mantenido activo a su electorado más fiel, el del cinturón rojo, no realizando ninguna actividad de mejora de estos barrios y para que éstos, de esa forma, mantengan vivas sus reivindicaciones, paradójicamente, contra la derecha.
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Decía
mi amigo Ángel Torres Escriche que en elecciones, en su barrio, los socialistas
arrasaban. Vivía, Ángel, en la calle de los Baches y ahí permanece la casa
familiar. La casa y la calle pertenecen al “cinturón rojo” de Teruel: San León,
carretera de Alcañiz, Dolores Romero, El Carrel, Urbanización Laguía, Ollerías
del Calvario, ¿Pomecia?, El Rabal, Barrio del Pilar y San Julián por un lado, Cuevas del Siete, Plaza
de San Sebastián y barrio del Carmen, por el otro.
Todas
las grandes ideologías tienen y han tenido sus contradicciones en la práctica,
me hace gracia sin embargo, cuando se pone el acento en las propias del Idealismo y se
solapan las del Materialismo Histórico. Que un socialista vaya a misa ya es una
contradicción (fe y razón, agua y aceite) pero que además, le diga al cura lo que tiene que hacer o decir…
el sumun. Efectivamente, los socialistas empezaron siendo antiabortistas, pues
si eliminaban al “proletariado”... quién iba a hacer la revolución. Ahora están a
favor de tal práctica, ellos sabrán la razón.
Durante el siglo pasado, cuando el socialismo estaba en su mayor
auge, se decretó la Huelga General del
Campo el año en que se produjo la cosecha del siglo… es bien sabido que el
obrero, bien alimentado, no hace la revolución. Por lo tanto el obrero tenía que
estar hambriento… y consecuentemente dispuesto a todo. El tema de la Reforma
Agraria, tan manido, es otro episodio demostrativo de lo que decimos: Hizo más
por la reforma agraria la derecha que la izquierda. Es comprensible, pues, si a
un obrero de entonces (1930) se le daban cuatro o seis hectáreas de cultivo se
convertía en pequeño o mediano propietario y abandonaba las filas del
socialismo. Era preciso hacer primero la revolución y después la reforma
agraria. Total, ni una cosa ni la otra. Actualmente, el cambio de chaqueta, lo
hemos visto en la madre de la Princesa Letizia. De militar en CCOO ha pasado a
monárquica absoluta: sin pudor ni vergüenza de “clase”.
Nuestros
convecinos del “cinturón rojo” votan (mayoritariamente) a unos líderes que
tienen instaladas lujosas mansiones en lo alto de Teruel, particularmente en la
Fuenfresca (300 metros cuadrados habitables) y que adaptaron (con trampa) la ley a su propia conveniencia. Estos
líderes (todos los conocemos bien), no son fachas, todo lo contrario, son los
que dan ese apelativo a sus contrincantes políticos y han ocupado todos los
segmentos del poder en España. En efecto, el PSOE que ha gobernado España,
Aragón, Teruel (tanto la familia, como el municipio y el sindicato) y que ha
tenido todos los resortes del poder para arreglar el problema que nos ocupa, nunca hizo nada. Recuerdo el papel que se gastó en prensa y
televisión con la Urbanización Laguía, una milésima parte del problema.
Recuerdo, también, que los socialistas se opusieron a la construcción de un
nuevo Hospital cuando todo estaba ya en marcha. Ahora, esos mismos ¡claman! por
la construcción de uno nuevo… casi en Corbalán. Lo piden con lepatatas o vuvucelas. Seamos serios,
los vecinos de Ollerías o de San Julián tienen razón objetiva cuando reclaman
atención para su barrio. Ahora, en crisis, es más difícil atenderlos en sus justas necesidades por la falta de
dinero y de tiempo para hacer las cosas. Se perdió la oportunidad del “ladrillazo”
cuando había dinero y, entonces, primero se construía y si algo quedaba… para
calles. No es de extrañar que en Ollerías del calvario estén con el barro hasta
el cuello. Yo, si fuera socialista de los de poltrona, por vergüenza torera, no me atrevería a
bajar al barrio.
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LAS TRES EN RAYA
Mientras que los barrios periféricos de la ciudad eran sistemáticamente abandonados, en el casco histórico se "ejecutaban" los desastres más grandes acaecidos en la ciudad desde la pasada Batalla de Teruel: LA GLORIETA, LA PLAZA DEL TORICO Y LA PLAZA DOMINGO GASCÓN. Tres obras de un enorme presupuesto y de un resultado deplorable. Al responsable directo de tales fiascos, todos lo conocemos y no pasa ni gota de vergüenza. ¡Señor, que clase política!
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