TERUEL
Y SU MURALLA
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Indiferente
o cobarde
la
ciudad vuelve la espalda.
No
quiere ver en tu espejo
su
muralla desdentada
(Gerardo
Diego)
*
Al
igual que le sucediera a Soria con el Duero, le sucede a Teruel con el Turia.
Que, el río Turia o río Blanco, no quiere (por desazón) ver reflejado en sus
aguas el espectáculo de unas murallas desvencijadas, desdentadas y quebradas.
En
el año 1185 (siglo XII) puede darse por cerrado el anillo de muralla que
protegía la villa de Teruel.
La
muralla de Teruel se construye, pues, en el reinado del Alfonso II de Aragón
(siglo XII) y se tiene dos momentos épicos, el primero durante la guerra de los
Dos Pedros (siglo XIV) y, también, es singular su papel durante las Guerras
Carlistas (XIX). Pero, es a partir del siglo XIX y con ocasión del boom
demográfico que experimenta toda España cuando la muralla comienza ser “engullida
por la expansión urbana de la ciudad.
El
tramo de muralla que hoy presentamos, entre el Torreón de la Unión y el Portal
de Daroca, al estar construido sobre la cornisa del Barranco del Arrabal y las
Cuevas del Siete no tuvo presión urbana que lo hiciese perecer. Se recreció,
como bien puede verse, sobre esta cornisa con escasa altura, pues el escarpe
ayudaba de por sí a la defensa. Debido a estas dos circunstancias ha
permanecido hasta nuestros días, sí, pero en el más absoluto de los abandonos.
Para
entrar en él ya se realizó en su día un arco que está al comienzo de la calle
de la Andaquilla según se accede desde la calle 22 de Febrero (San Martín). “Ponerlo
en valor”, como suelen decir ahora los pedantes, no es cuestión de mucho
dinero, más bien de interés por atacar este problema y rescatar esta parte
oculta y olvidada de la ciudad.
Es
obligación del Ayuntamiento promover y alentar su restauración. Pues, la
muralla de Teruel, si no estamos equivocados, era propiedad del Ejército y al ser
BIC (Bien de Interés Cultural) le corresponde la protección de la obra al Gobierno
de Aragón. Ya saben ustedes quién está de Director General de Patrimonio (Nacho
Escuín Borao) así que, no esperen mucho. ¡Decepcionante!
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