Cofradía de Nuestra Señora de la
Soledad
Historia de la Cofradía
La devoción a la Virgen de la Soledad es
muy popular en todos los sitios. Contemplar a Santa María ,vestida de negro y
con el corazón traspasado por hirientes espadas, es algo que repercute en
nuestra sensibilidad. Ya resulto para ella un trance difícil ser testigo de la
muerte del Hijo en el Calvario, condenado como un malhechor. Pero, tras la
sepultura del Señor, experimenta aún mayor soledad. Y en esa situación dolorosa
son muchos los creyentes que quisieran manifestarle su amor filial.
En este sentido, en Teruel se estableció
pronto una Cofradía bajo el nombre de Nuestra Señora de la Soledad. Le cabe el
honor de ser la primera Cofradía mariana erigida en nuestra ciudad. Con
diversos actos intentó siempre difundir el amor a la Santísima Virgen y
acompañarla en esas horas amargas de la Pasión, que son camino previo para
desembocar en la alegría esplendorosa de la Resurrección.
EncuentroCon la guerra civil se produjo
un paréntesis obligado en el culto a Nuestra Señora de la Soledad. No sin
especial providencia fue encontrada su imagen entre los escombros de una casa
–existente en la calle de Yagüe de Salas- que pertenecía a la viuda de sierra.
Tenia la cabeza y la mano derecha separadas del tronco por los efectos del hundimiento
de esta mansión. Allí se guardaba también la imagen de Santa Clara, que la
comunidad había entregado a esta familia para que custodiara el sagrado tesoro
iconográfico de las dos.
Tras los duros avatares de la contienda
se reanuda el culto a la Virgen de la Soledad. Gracias a la Congregación
Mariana existente en el colegio de La Salle, el fervor del hermano Enrique y al
presidente de dicha congregación, José Andrés Lozano, se creo una junta de
Caballeros, que fue la semilla prometedora de la actual hermandad. En ese mismo
año-1942- fue restaurada la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Corrió a
cargo de Gumersindo Serrano, quien, además de hacerlo artística y
cariñosamente, no quiso cobrar nada por su trabajo restaurador.
Restaurada la imagen, se estreno el día 2
de Abril de 1942 en la procesión del Jueves Santo. Antes se procedió a bendecir
el paso con cierta solemnidad. como presidente entonces fue nombrada Dolores
Garzarán.
Vendrían nuevas reformas y mejoras. En
1945 se hace una nueva peana para la Virgen de la Soledad. Los cofrades- con la
colaboración de otros devotos- le regalaron un precioso paleo, un vestido y un
manto bordado en oro, adquirido en Casa Belloso de Zaragoza. En dicho paleo
aparecen bordados los escudos de nuestra cofradía y de nuestra ciudad.
En 1978, la Hermandad de Nuestra Señora
de la Soledad pudo disponer de banda de cornetas, tambores y bombos. Así se
acompaña a la Semana Santa. Especialmente emotivo es el Vía Crucis que se
celebra el Domingo de Ramos por la tarde, camino del cementerio.
La Virgen de la Soledad, cuyo encuentro
se realiza justo debajo del Arquillo, seguirá evocándonos el camino doloroso de
Santa María en el primer Viernes Santo de la historia. Son muchos los devotos
que se unen a este ejercicio piadoso, que suele estar siempre presidido por el
Obispo de la Diócesis.
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