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lunes, 12 de febrero de 2018

Febrero2018/Miscelánea. EL ALCÁZAR DE SEGOVIA

Su imagen ha dado la vuelta al mundo: un singular castillo con apariencia de palacio de cuento de hadas, que aglutina gustos arquitectónicos de distintos monarcas y relata historias palaciegas a todos aquellos que se acercan a conocerlo.
Austero, como lo eran los reyes castellanos, elevado sobre la roca en la confluencia de los valles del Eresma y el Clamores, parece guardar la ciudad.
Su bella Torre del Homenaje, a menudo comparada con la proa de un barco navegando entre los ríos, es de una belleza impresionante. Los turistas comprueban admirados que la fortaleza forma una parte viva de esta ciudad castellana, elegida como lugar de residencia por muchos de los monarcas de la dinastía Trastámara.
Sus arquitectos fueron el tiempo y la Historia. Sus artífices, los reyes de la Casa de Borgoña, de Trastámara, los Austrias y los Borbones.
Sus funciones: primero fortaleza, luego palacio real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo Histórico Militar.
El Alcázar Real de Segovia es todo un símbolo del arte y la historia de España y uno de sus monumentos más visitados.
Es probable que la fortificación existiese ya en tiempos de la dominación romana, pues se han encontrado sillares de granito análogos a los del Acueducto.
Hacia 1120, sobre el extremo occidental de la roca en que se asienta la ciudad, se edificó un barrio al servicio de los canónigos de la catedral de Santa María, conocido como “las Canonjías”. En el acta de donación de los terrenos por el Concejo al Obispo es donde se menciona, por primera vez, a nuestra fortaleza, más exactamente al “vallum oppidi”, o empalizada, que defendía a la ciudad por el lado oriental.
 
Pocos años después, entre 1124 y 1139, se registran en la documentación las palabras “castillo de Segovia” y “Alcaçar”, término éste que alude a su condición de fortaleza y residencia regia y que llegará hasta nuestros días.
El rey Alfonso X “el Sabio” convocó Cortes en 1256, las primeras que tuvieron lugar en el Alcázar.
"Desde su inauguración en el Alcázar, el 16 de mayo de 1764, durante el reinado de Carlos III, el Real Colegio de Artillería ha venido formando a los oficiales de Artillería del Ejército español. Es, posiblemente, el centro de formación de oficiales en activo más antiguo del mundo."
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