REFLEXIÓN
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En cierta y muy relajada hipótesis
podría entenderse la reprobación o la construcción intrapersonal de un sustrato
de desencanto… Pero, de ahí a la agresión, tanto verbal como física hacia la
persona que te ayuda, que te cuida y que te sana, va un abismo. Por eso, somos
muchas las personas que no entendemos la agresión a los sanitarios/as. Tal vez los
psicólogos y psiquiatras podrían darnos traslado del tipo de frustración que
anida en tales mentes. Desde luego, hay que dejar claro que, la mayor parte de
la población actúa correcta y agradecidamente a los desvelos de los sanitarios/as.
Se trata, aquí, de esa minoría que rompe una ley sagrada desde el origen de la
medicina, cual es, el respeto por el que se acerca hasta ti con la intención
de calmar y curar tu dolencia. Por todo ello, toma fuerza la frase de: ¡STOP
AGRESIONES!
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