Número 76 de Ababol, Revista del Instituto Cultural y de Estudios del Rincón de Ademuz.
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SOBRE EL LIBRO IBERIA DE JAMES A. MICHENER
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Hubo un momento de nuestra historia
en el que pasamos de ser descubridores a ser descubiertos. De ser colonizadores
a ser colonizados. De asombrarnos ante nuevas gentes y nuevos paisajes a ser,
nosotros, asombro y espectáculo para foranos. Hubo un largo momento, todo el
que dura la larga caída del imperio español, en que empezamos a recrearnos en
nuestras propias miserias y a considerarnos objeto codicioso o acaso
divertimento para los demás. En esta última fase aparece lo folklórico como
identitario y peculiar. Al cultivo de esa diferenciación de raíz folklórica, y
no necesariamente cultural, nos hemos entregado con pasión. La persistencia en
esa tarea nos lleva a desgajar el tronco nacional en múltiples gajos y a la
creación de graves crisis de identidad y de gobierno. Cómo nos ven los demás
puede ser interesante pero, cómo nos vemos a nosotros mismo, todavía tiene más y
mayor significado. Que seamos descubiertos por los americanos tiene su gracia y
todavía más, si esos americanos son "hijos" de los ingleses. Pero no nos
asombremos, en realidad se trata de colonialismo o de neocolonialismo. Por
ello, para los americanos leer a James A. Michener, puede tener su interés.
Para nosotros… tiene gracia. (Chusé María Cebrián Muñoz)
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James Albert Michener fue un
escritor y novelista estadounidense. Combatió con la Armada de los Estados
Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, de cuya experiencia nació su obra
"Sucedió en el Pacífico" publicada en 1947.
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ANTONIO LOSANTOS
DICE:
"James A. Michener (1907-1997) fue uno
de esos peculiares escritores norteamericanos que se fijó en España, a la que
dedicaría, junto a Portugal, un extenso relato de viajes, titulado Iberia
–también en el original inglés, de 1968–, que tiene doble interés para los
turolenses. En primer lugar por algo que Michener cuenta en el prólogo: una
azarosa excursión en tren desde Castellón a nuestra capital en marzo de 1932.
No puedo entretenerme, pero sepa el lector que las páginas de la evocación son
memorables, aunque la imagen de aquella ciudad postrada y supersticiosa dé un
poco de susto. Cuando, en 1966, Michener vuelve a España y se esfuerza por
recuperar sus recuerdos, choca con un Teruel muy distinto. Es «de todas las
ciudades españolas la que más significado tenía para mí», aclara al principio
del capítulo, para después explicarnos el motivo: en 1932 Teruel era «la más
provinciana y atrasada de las capitales» españolas, pero los acontecimientos
del invierno de 1937 a 1938 la habían convertido «en la más importante ciudad
de Europa» y en «una fuente de angustia moral» para una generación de
intelectuales que vivió la Guerra Civil Española como un dilema existencial.
Buena parte del texto se dedica a reflexionar, con una lucidez y una
sensibilidad que pueden resultarnos extrañas en un estadounidense, sobre
aquellos hechos y la íntima actitud del autor, que a punto estuvo de
convertirse en brigadista. Michener, en fin, termina conformándose con el
devenir de la historia, aunque «la herida de Teruel no se ha curado del todo en
mi corazón, ni se curará nunca».
El capítulo de Iberia dedicado a
Teruel es uno de los más significativos
y personales, del grueso volumen que durante años fue el manual de referencia
sobre España para cualquier norteamericano medianamente culto. Como a todos los
intelectuales de su época, a Michener le marcó la Batalla de Teruel,
circunstancia que creo que tiene más valor precisamente porque no la vivió en
las trincheras. Es verdad que alude a otras singularidades turolenses, como las
torres «moriscas» («las más bellas que aún siguen en pie en Europa») o los
Amantes (con interesantes comentarios sobre los que quizá sea bueno volver
algún día), pero da la impresión de que Iberia tiene capítulo dedicado a Teruel
gracias a la Guerra Civil."
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ARTÍCULO DE LA REVISTA "ABABOL"
DEL RINCÓN DE ADEMUZ
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James A. Michener.
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