Castellote, año 1956. Archivo Francisco López Segura (IET).
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CASTELLOTE
Nuestros
pueblos, exteriormente, son todavía perfectamente reconocibles en su perfil
urbano. Además, aquellos que gozan de algún tipo de protección urbanística son,
reconocibles, tanto exterior como interiormente. Particularmente, los pueblos situados dentro del Parque Cultural
del Maestrazgo, gozan de buena salud en cuanto al paisaje urbano se refiere. No
sucedió lo mismo con los que, con ocasión de boom urbanístico, permanecieron
desprotegidos. En muchos de estos últimos el paisaje urbano ha cambiado por
completo y se ha arrasado con la bella arquitectura popular. Las casas con sus
patios, corrales, solanares graneros, balcones y ventanales pensados para el
uso agropecuario, han pasado a ser segundas viviendas o, también llamadas, de
veraneo.
Sesenta años
después, caminando desde el pantano de Santolea hasta Castellote, el viajero
percibirá y reconocerá el perfil urbano de este bello pueblo del Maestrazgo,
sin ninguna dificultad. Lo reconocerá como propio. Este es un factor, y no
menor, de la identidad del hombre con su tierra: reconocer las cosas como
propias.
Castellote, año 2016. Fotografía de Miscelánea.
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