Pablo Benedicto trabajando en su alfar de las ollerías en Huesa del Común, año 1980. Fotografía tomada de la revista Ossa.
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EL FIN
Del año 1980 es la fotografía que
encabeza este escrito. En el año 1982
visita el alfar el Seminario de Arqueología y Etnología Turolense. Para el año 1986/87 lo visitamos nosotros y
ya había cesado en su oficio. Estaba liquidando el taller y le compramos los últimos
cántaros, que son lo que en este spot aparecen. Algunos los compramos sin
cocer, luego los llevé a Punter para que me los cociera en horno eléctrico obteniendo,
con ello, una tonalidad completamente diferente al horneado cuando se quema
aliaga. De todo esto quedó el librico que escribió Francisco Burillo y algunas piezas
que conservamos con todo el cariño del mundo. ¿Por qué tanta importancia a la
alfarería? Pues sencillamente, porque fue uno de los artefactos (objeto salido
de la mano del hombre) más antiguos que confeccionó el hombre. El cualquier
poblado prehistórico encuentras multitud de cascotes de cerámica. La ubicación
por estratos nos dará la antigüedad del objeto. La cerámica ha vivido con
nosotros miles y miles de años y la aparición de materiales sintéticos, producto del
avance de la ciencia (química) los ha hecho desaparecer. Bueno es que, en
nuestra descarga, les dediquemos alguna atención, ya que sirvieron al hombre
durante miles de años.
Pinchad aquí:
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