Tuvo una peripecia vital excepcional, sin duda, debida al momento histórico en el que le tocó vivir. Las grandes ideologías mueven a los hombres como muñecos de paja. No parece ser, sin embargo, un hombre muy
inteligente, pues elige como modelo de vida un régimen de ESCLAVITUD. En su descargo pudiera estar la falta de formación académica o las circunstancias personales, pues, cualquier persona medianamente leída habrá constatado que las
grandes figuras de la historia han luchado por todo lo contrario, por la
LIBERTAD. Desde nuestro Miguel Servet (quemado vivo por defender la libertad de pensamiento y expresión) a Miguel de Cervantes (prisionero de los otomanos),
pasando por los innumerables individuos anónimos que han luchado por dejar a
sus hijos un mundo mejor, pero sobre todo en LIBERTAD y en PAZ. “El campesino”
se dio cuenta de su error, escribió este libro y en cierta medida se ha reconciliado
con la historia.
Porque, ciertamente, el Comunismo
tiene un problema o dos. Tiene un serio problema con la libertad del individuo
y lo tiene, también, con el sistema. Traiciona los principios del Manifiesto Comunista de cabo a rabo y sin ambages. Debido
a su fracaso como movimiento político de raíz socialista en Rusia, China, Cuba…
(sin olvidar la humillante vergüenza para el género humano de Corea del Norte),
no es fácil encontrar a grupos que tomen actualmente tal denominación. Decir Comunismo
es nombrar la raíz de todos los males, es nombrar a la bicha. Sin embargo hay
grupos que luchan, sin apellidarse así, por extender esta acción política (ceguera ideológica).
En España tenemos al PCE (Partido
Comunista de España, al que Valentín deja bien servido) que permanece oculto y que tiene como punta de lanza a IU.
Recientemente “podemos” aparece con vestimenta roja y verde, se alía con los
etarras y recibe dinero de Venezuela. Muchos son los grupos que nacen afectos a
un socialismo moderado (socialdemocracia) para ir progresivamente radicalizándose
y evacuando de su seno formaciones trotskistas o movimientos alternativos. Recientemente
he visto por Teruel pegatinas de Puyalón (presentándose a las elecciones), una escisión de la Chunta que no se ha
publicitado en los medios de comunicación.
“El Campesino”, un hombre sin
cultura que llegó a general (luego hablan de Franco) pasó por Teruel ya que participó
en la famosa Batalla de Teruel. Un hombre del pueblo, hijo de anarquista y con ideas
propias no era bien visto en su entorno. Aquí se dejó, según sus palabras, a “la
flor y nata de la juventud española”... ¡muerta en una batalla estúpida!, debido al parecer a una “jugarreta” de sus camaradas
(entre ellos Líster).
El libro, por ser un testimonio personal, cabe recomendarlo. No se
explicita los apoyos que tuvo en Rusia para realizar tamaña peripecia personal.
Desde luego, imposible sin la ayuda de grupos contrarios a Stalin.
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"El Campesino" explicita en su libro que, el Comunismo en la URRS, traiciona de la primera a la última palabra del Manifiesto Comunista que empieza así:
Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una
historia de luchas de clases.
Libres y esclavos, patricios y
plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra,
opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha
ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que
conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen
social o al exterminio de ambas clases beligerantes.
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