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Hay 243 (doscientas cuarenta y
tres) razones para acudir a ver esta exposición en el viejo edificio del banco
de España. 243 son los guardias muertos en atentados terroristas. 243 los
corazones parados de golpe por la bala o la metralla. 243 familias destrozadas
con un reguero de desdichas añadido… mujer, hijos, padres, amigos…. 243 gritos
de dolor por la sinrazón. 243 agonías en el rostro y en el pensamiento, truncado
súbitamente. 243 preguntas sin respuestas. 243 deseos y esperanzas muertas. 243
ramos de flores en los cementerios. 243 tricornios coronados de honor y lágrimas.
243 vidas huyendo por las esquinas de la noche. 243 uniformes en actitud de
servicio a España. 243 balas de odio. 243 gritos de impotencia. 243 héroes, hasta ahora, con
honor silente. 243 victorias de la muerte. 243 himnos de libertad. 243 pasos hacia
delante. 243 vivas por una España libre y en libertad. 243 actos de gratitud que
entrego, deudor, a cada uno de ellos. Que como ciudadano de a pie quiere reconocer y
premiar, en sus familias, el gesto superior que hicieron al entregar por nuestra libertad, SU
VIDA. Nunca estaremos suficientemente agradecidos.
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243 héroes.
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Para seguir hacia adelante es
preciso mirar el pasado y ver el rostro particular y singular de cada unas de
las personas humanas sacrificadas por nuestra paz y nuestra libertad. Por la
paz y la libertad de cada uno en particular y por la colectiva. Una paz que
estaba amenazada por esa tormenta, no extinta, mezcla de comunismo y
nacionalismo que estalló como las olas del mar estallan en las costas del mar
Cantábrico. Con Kierkegaad, miramos al pasado, no con odio ni deseo de venganza, si no
con el intento de restituir en las familias de las víctimas el deseado consuelo y
también, realizar el solidario acompañamiento en su
permanente dolor. Por ello acudir a esta exposición es algo más que ver unos
paneles descriptivos, es sentir y solidarizarte con aquellos que han dado su
vida por los demás.
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243 guardias civiles asesinados.
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