Callejón de Albarracín. FOTOS
CORTESÍA / Igor Galo
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DATOS ÚTILES
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Teruel se encuentra a menos de dos horas en coche de las ciudades de
Zaragoza y Valencia, siendo una excursión perfecta para los viajeros que se
encuentren en estas ciudades.
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La distancia de Madrid es de tres horas o 300 kilómetros. La mejor forma
de acceder es en coche de alquiler.
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El clima es caluroso en verano y frio en invierno. Las noches son
agradables.
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La cadena local de hoteles Gargallo ofrece varias opciones de
alojamiento en la capital y provincia de Teruel (www.gargallo-hotels.com/) hay
noches desde 40 euros, por lo que la ciudad es también una opción interesante
para pernoctar en viajes entre Madrid y Valencia y otros destinos de la
península ibérica.
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Teruel, la ciudad de los amantes
IGOR GALO
ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
La ciudad aragonesa, una
verdadera joya del arte mudéjar y patrimonio de la Unesco, es conocida por la
famosa historia de los Amantes de Teruel que allí aconteció en el siglo XV. Y,
por supuesto, por su jamón, reconocido como uno de los mejores de España.
La historia de los Amantes de
Teruel, que murieron de amor al no poder casarse tras cinco años esperando ese
momento, ha puesto a la capital más pequeña de España, de sólo 35,000
habitantes, en los mapas y en la historia. Los principales escritores
románticos españoles han escrito de esta pareja y de hecho, las momias de aquel
platónico romance se conservan aun en el Mausoleo Iglesia de Los Amantes.
Pero siendo el atractivo más
conocido no es, sin embargo, el único que ofrece Teruel a los viajeros. La
ciudad fue fundada como ciudad cristiana en 1171 tras ser ocupada Tirwal, la
población árabe que existía en este lugar, cuando el rey aragonés comenzó su
campaña por conquistar el reino taifa de Valencia. Desde entonces siempre ha
sido un lugar de paso entre Zaragoza, capital del Reino de Aragón, y Valencia
la gran capital de la costa mediterránea que se encuentra a menos de dos horas
de la antigua Tirwal.
Y es justamente de esta época, en
los siglos XVI y XV, cuando Teruel, convertida en plataforma de la expansión
cristiana al sur vive uno de sus momentos de esplendor como capital del arte
mudéjar, reconocido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad desde 1986.
Mudéjar es el nombre que recibió
la población musulmana que continuó viviendo en los reinos cristianos, en unos
siglos en la que las tres culturas (incluyendo la judía) convivieron en paz en
la península ibérica. Y es también el nombre de un estilo artístico único de la
península ibérica que mezcla estilos y materiales musulmanes en construcciones
cristianas como torres o retablos de iglesias.
Aunque parezca increíble, gran
parte de este legado de casi 1000 años de antigüedad se conserva en el casco
histórico de Teruel como se puede contemplar en sus cuatro torres mudéjares.
TORRES MUDÉJARES: RASCACIELOS DEL
SIGLO XVIII
La torre de San Pedro, del siglo
XIII, incluye en la misma una curiosa decoración con motivos de las tres
religiones, la hansa musulmana, la rueda de la fortuna judía y las llaves de
San Pedro, cristianas.
La torre está integrada en la
Iglesia del mismo nombre y el moderno Mausoleo de los Amantes de Teruel, visita
obligada de la ciudad para conocer la historia y ver las momias de Juan Diego e
Isabel, cuya historia aun perdura gracias a los escritores del romanticismo. El
museo abre todos los días. La entrada cuesta 3.5 euros aunque es posible
realizar la visita completa por la iglesia y torre mudéjar por 7 euros.
La Catedral de Teruel, que
también cuenta con una torre mudéjar del siglo XVIII, es una de las visitas más
interesantes gracias a su techumbre de madera policromada que es una joya
artística de primer orden. La entrada cuesta 3 euros y a ciertas horas se
ofrece un servicio de visitas guiadas sin coste adicional (como los sábados a
las 12:30 p.m. y a las 1 p.m.) que permiten acceder a zonas a las que no se
puede entrar en las visitas individuales. La entrada incluye acceso al Museo
Diocesano ubicado en frente.
La ruta por este arte local se
completa con la visita a las Iglesia y Torre de San Martin o de El Salvador. La
quinta, la torre de la Iglesia de la Merced, se puede visitar por su interior
donde se incluye un centro de interpretación sobre la construcción de estos
edificios. Es posible también subir hasta la punta de la misma para observar la
ciudad a vista de pájaro. La entada cuesta 2.5 euros y es muy recomendable.
La empresa SRC
(www.visitasguiadasporteruel.com/) ofrece visitas guiadas autorizadas por el
ayuntamiento de hora y media de duración para conocer el legado mudéjar y
modernista de Teruel por tan solo 3.5 euros por personas. Las visitas arrancan
de la plaza del Torico en el casco viejo de la ciudad, y recorre la plaza de la
catedral, las torres, y es la mejor forma de dar un primer vistazo de Teruel a
primera hora de la mañana.
La ruta visita también muestra a
los visitantes el Teruel modernista, ya que la ciudad cuenta con 17 edificios
de este estilo construidos a principios del siglo XX cuando arquitectos como
Pau Monguió trajo a Teruel las tendencias de la época desde Barcelona.
TIERRA DE JAMÓN
Pero no todo el atractivo de
Teruel es histórico. El gastronómico no queda por detrás en importancia, y en
especial su jamón, considerado entre las cuatro denominaciones de origen más
importante de España. Recorriendo por sus calles es posible comprar, aun en
tiendas con el encanto de los abarrotes que recuerdan a siglos pasados, tanto
Jamón de Teruel como Queso de Albarracín, otro de los productos típicos de la
zona.
Quienes gustan de viajar sin
peso, otra opción es degustar allí mismo algunos los productos en algunas de
las tabernas que hay, por ejemplo, en la Plaza del Torico (la principal) o en
alguno de los restaurantes. Además del queso y el jamón, las migas, la trucha. El
plato más típico son las delicias de Teruel, una tosta con aceita, jamón y
otros ingredientes locales. El restaurante Yain, de la plaza de la judería, es
el más recomendado de la ciudad en Tripadvisor.
EN FAMILIA
Para viajeros en familia, el
parque Dinópolis es una opción muy recomendable. Este parque, cuya sede central
se encuentra en Teruel capital, hace un recorrido por la historia de 4500
millones de años desde el nacimiento de la tierra para centrarse en la época de
los dinosaurios que, por cierto, dejaron muchas huellas en esta región. La
entrada cuesta 27 euros. Un paseo en todoterreno, tipo Jurasic Park, o ver un
T-Rex robotrónico son las ofertas más llamativos para los pequeños de la
familia, y también para los padres.
PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA:
ALBARRACÍN Y LA PROVINCIA
A menos 35 kilómetros de Teruel
se puede visitar Albarracín, en plena sierra del mismo nombre. Esta localidad
que se conserva de forma espectacular y cuenta con unas murallas y una catedral
que demuestran la importancia que tuvo este enclave. Se trata de la excursión
perfecta de día desde Teruel tanto por sus atractivos como para comer en alguno
de sus restaurantes o realizar actividades de turismo activo.
La fundación Santa María de
Albarracín organiza visitas guiadas por precios desde 3.5 euros que recorren el
castillo, la ermita de San Juan, el Museo Diocesano y la visita a la Catedral.
LOS AMANTES DE TERUEL
En Teruel, un joven llamado Juan
Diego Martínez de Marcilla, se enamoró de Isabel, hija de Pedro Segura, un
hombre rico. El joven le dijo que la deseaba tomar por esposa, ella respondió
que el deseo de ella era el mismo. Él era un buen joven, pero no tenía
riquezas. El joven dijo a la doncella que, como su padre tan sólo le
despreciaba por la falta de dinero, si ella lo quería esperar cinco años él
iría a trabajar por mar y por tierra, donde fuera necesario para poder ganar
dinero. Durante este tiempo la doncella fue muy importunada por el padre para
que tomase marido. Pasado el plazo de los cinco años , el padre la desposó y al
poco tiempo se realizaron las bodas.
Pero Juan Diego regresó con el
dinero ahorrado después de duro trabajo por todo el mundo. El enamorado se puso
tras el lecho de su amada ya desposada y le dijo: bésame que me muero, y ella
repuso: No quiera Dios que yo falte a mi marido. Él dijo otra vez: bésame que
me muero; repuso ella: No quiero. Entonces él cayó muerto.
A la joven le vino al pensamiento
de cuánto la quería Juan y de cuánto había hecho por ella, y que por no
quererlo besar había muerto. Acordó ir a besarlo antes que lo enterrasen; se
fue a la iglesia del señor San Pedro, que allí lo tenían. Le descubrió la cara
apartando la mortaja, y le besó tan fuerte que allí ella también murió. Acordaron
enterrarlos juntos en una sepultura. Juntos para siempre.
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