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DE LA "ÚLTIMA CENA" AL "GUASAP"
Durante mucho tiempo, este cuadro de la
Última Cena de Jesús, ha presidido la pared central del comedor familiar. Sobre el
aparador o trinchante colgaba, despidiendo un brillo plateado entre dos velas o candelabros, este icono que
representa la Última Cena de Jesús con sus apóstoles. No sabemos quién fue su
autor pero su éxito proviene, seguro, de
alguna decisión sancionada por la autoridad eclesiástica. Cuando no había ni
radio y menos televisión, solamente su reflejo, tras la sobremesa nocturna, acompañaba en la conversación a sus moradores. Este cuadro que he encontrado en un anticuario de
Encinacorba te remite a tiempos pasados. A épocas en que la información/adoctrinamiento era
trasmitido por imágenes “estáticas”. Retablos, pasos procesionales, peirones, etc.… eran formas
de transmisión religioso/cultural.
El dueño del cuadro “se lo ha quitado”,
dándolo gratis al gitano que trafica con objetos obsoletos. Ahora, en el comedor
familiar, toda la familia come o cena mirando la televisión. Miento, en mi casa
ya tenemos un problema con los mensajes de móviles (guasap). Pitido de aviso de
llegada y se deja de comer para acudir a ver el “Último Mensaje”. Consumido éste, volvemos a masticar como si nada hubiera pasado. Calibremos aquí el valor y
contenido de lo trasmitido.
Una persona “moderna” debe ser capaz de
evaluar dos cosas. Primera, la calidad del mensaje que se le remite, y segunda,
los elementos significativos del mismo que podrá incorporar a sus esquemas de pensamiento
para completarlo o enriquecerlo. Si el mensaje de la "Última Cena" ha durado dos
mil años y su trasmisión ha sido (digámoslo así) tan poco atractiva. Qué valor tienen los miles de millones de
mensajes que se transmiten a diario y de los que apenas se aprecia en el
receptor una leve mueca, y no siempre.
El guasap es un ejemplo de transmisión rápida
pero grosera. Su contenido, tan escueto, apenas da lugar a la reflexión y menos
al análisis. Pertenece, quizás con más propiedad, a una naturaleza predemocrática.
A los individuos se les cita a un botellón, a una manifestación, sin que la
mayoría calibre las consecuencias de tomar tal o cual decisión (un estudio estima que las nuevas generaciones perderán entre 15 y 25 centímetros de talla por la ingesta de alcohol, debido al botellón).
Si la información y la formación requieren su
pausa, sus ritmos y sus filtros. Si a menudo aconsejamos acudir a más de una
fuente para confirmar un suceso o valorar una noticia. El guasap participa de
todo lo contrario y por ello nos hace cometer numerosos errores. El guasap es
utilizado, cada vez con más frecuencia por los políticos y es causa de muchas
decisiones tomadas de forma atolondrada.
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