LOS PILONES DE LA
IGLESUELA DEL CID
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Lo teníamos claro, para pasar los
puertos de Cabigordo, Sollavientos y Cuarto Pelao, se construyeron pilones en
la Ruta de la Lana. El puerto de Villarroya no los necesitaba: desde lo alto
del puerto se ve la torre de Villarroya. El caso es que nos quedaba por
confirmar este tercer tramo. Se trataba de ver sobre el terreno el tramo del
camino viejo que va de Fortanete a La Iglesuela del Cid. El sábado 25 de mayo,
tras hablar con gente de Fortanete e indicarnos que desconocían esos “pilones”,
nos fuimos a La Iglesuela del Cid. Allí, sí que los conocían, y bien. Un señor marroquí
es el que nos indicó el camino. A un kilómetro de La Iglesuela por la carretera
que te lleva a Cantavieja, sale un camino a la izquierda con el piso
encementado. Lo sigues hasta llegar a un altiplano y rápidamente encuentras los
pilones. Encontramos siete en buen estado, los mejor conservados de la ruta,
pero, desistimos de buscar más debido a la premura de tiempo. En la última foto
se ve el pueblo desde el altiplano donde se hallan los pilones. Es un camino
muy transitado pues la gente va por él, a buscar hongos y a caminar, aparte de
otras labores forestales y ganaderas. Al encontrarse los primeros pilones en
una zona de reforestación, mucho nos tememos que algunos fueran destruidos por
las máquinas al hacer andalán, así sucedió en la zona de Villarroya de los
Pinares. El esplendor de La Iglesuela del Cid se debe al comercio de la lana
(Matutano, Daudén, Aliaga, etc.) y sin embargo, cuando te enseñan el Museo de
la Lana nadie te cita ni por asomo el tema de los pilones, no le dan importancia,
pero es sabido, la “Ruta” fue la base de su economía. La Ruta de la Lana
continuaba desde La Iglesuela del Cid, y la gente aquí lo tiene claro, pasaba
por Morella y, finalmente, terminaba en el puerto de embarque para Francia e
Italia, de Vinaroz.
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